1,4 millones de personas en Haití precisan asistencia humanitaria urgente dos meses después del paso del huracán Matthew

Dos meses después del paso del huracán Matthew por el suroeste de Haití, 1,4 millones de personas aún precisan de ayuda humanitaria. El huracán, a su paso por la isla caribeña provocó efectos devastadores sobre las condiciones de vida de la población de Haití, que aún siguen vigentes. La FAO calcula que las pérdidas para la agricultura del país han sido de 545 millones de euros, a las que se suman más de 25.000 las casas destruidas o semidestruidas, de las que muchas siguen sin reconstruir. En total, el último llamamiento de ayuda internacional, según datos de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU, OCHA) asciende a 130 millones de euros, una cifra de la que sólo se han conseguido 63 millones (46%) a fecha 4 de diciembre.

La realidad es que todavía hoy muchos afectados en el departamento del sur más azotado, en el departamento de Grand Ansé, no saben adónde acudir para buscar ayuda; las escuelas siguen hundidas; hay miles de desplazados en los refugios; las basuras y los problemas de saneamiento están provocando la proliferación de insectos, que son vectores transmisores de enfermedades; no se han limpiado las calles de árboles devastados por falta de maquinaria y los hospitales funcionan a cámara lenta. “A ello se añade que la ayuda humanitaria no llega a zonas remotas, comunidades donde la situación de miles de personas está empeorando a gran velocidad y hay familias en situaciones críticas, inhumanas”, comenta el personal de Alianza por la Solidaridad desde el terreno.

También en la región del sudeste, donde Alianza por la Solidaridad trabaja desde años, también los medios de vida de miles de personas, tras el paso de Matthew, quedaron arrasados, las cosechas fueron gravemente diezmadas y tuvieron lugar cuantiosos daños a la actividad pesquera.

Durante las últimas semanas, las lluvias están complicando la situación de las familias que aún no han podido poner techo a sus viviendas, a la vez que generan inundaciones de los campos y un peligroso crecimiento de los ríos. En esta situación, la contaminación del agua, y por tanto la propagación de enfermedades, supone un grave riesgo para una población que no está teniendo acceso a una alimentación adecuada.

Alianza ha organizado una distribución de kits de higiene para la comuna de Abricots, en el sudeste, en colaboración con su socia ActionAid y la asociación local KPGA (Kombit Peyisan Grandans), gracias a la cual más de 500 mujeres ya han recibido su kit, que incluye un recipiente de 20 litros con un grifo para que puedan utilizarlo para conservar agua potable, así como pastillas potabilizadoras, cloro, guantes de látex y suero oral, todos ellos productos clave para prevenir la transmisión de enfermedades como el cólera, del que se han detectado 6.096 nuevos casos en dos meses.

Los datos que maneja la Organización Mundial de la Salud, basados en un modelo epidemiológico, señalan que podrían darse cerca de 200.000 casos de cólera en los próximos 6 a 12 meses, de los que el 20% serán de gravedad. Para Alianza, el hecho de que la ONU haya reconocido oficialmente su responsabilidad en la epidemia –el brote se inició en 2010, por contagio de soldados de los Cascos Azules– debe ir acompañado de un aumento sustancial de los fondos dedicados a proteger a la población en esta situación de extrema vulnerabilidad.

Entre las beneficiarias de la ayuda humanitaria proporcionada por esta organización, se encuentra Islame Robert, de 40 años, una mujer que se ganaba la vida trabajando el campo con su marido. Su casa, en la que vivía con sus suegros y sus cuatro hijos –el más pequeño de 7 años– fue destruida. Su vecina Lisaure Yvrose, de 22 años y embarazada ya de su tercer hijo, también ha recibido apoyo. Su hogar, en el que vivían 10 personas, fue derribado por un corrimiento de tierra. Lisaure se ganaba la vida vendiendo productos alimenticios en el mercado local, pero tras el paso de Matthew las cabras y los pollos de la familia desaparecieron.  Dos meses después, aún no ha logrado reconstruir sus medios de vida.

Alianza por la Solidaridad recuerda que sólo la FAO ha estimado que se precisan unos 36,5 millones para la ayuda más urgente, pero dos meses después se han recaudado solamente 4,5 millones, apenas un 12%. En el terreno, estas cifras se traducen en que muchas familias caminan durante hora para acceder a un mercado local en el que luego no encuentran alimentos.

Como conclusión, Alianza detecta que dos meses después del paso del huracán Matthew es urgente:

  • Que la comunidad internacional aumente la ayuda humanitaria para que los haitianos desplazados puedan regresar a sus hogares, una vez reconstruidos, y proporcionarles medios de vida que garanticen su subsistencia.
  • Que aumente el apoyo técnico y de insumos agrícolas para que los campesinos preparen la tierra de cara a la próxima campaña.
  • Que se proporcione con urgencia alimentación básica y diversificada para niños, embarazadas y personas con discapacidad.
  • Que aumente la coordinación en el reparto de la ayuda humanitaria.

Los datos de OCHA señalan que en estos dos meses, 690.000 personas han recibido alguna ayuda para su alimentación, pero sólo 8.000 familias han recibido semillas o 4.500 niños algún suplemento nutricional, cifras que aún son insuficientes.

Por otro lado, Alianza considera preocupantes los brotes de violencia que se están registrando en los últimos días en el país, tras unas contestadas elecciones presidenciales, dado que pueden dificultad el reparto de ayuda humanitaria que están desarrollando las agencias y organizaciones nacionales e internacionales.

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