huracán Iota, Centroamérica

Miles de familias desesperadas ante la llegada del ‘huracán Iota’ tras el paso del huracán‘Eta’

La situación en Centroamérica se está convirtiendo en una grave crisis humanitaria con el paso de dos fuertes huracanes. El llamado ‘Eta’ entre los pasados días del 4 al 8 de noviembre y el nuevo ‘huracán Iota’, que se aproxima hoy  lunes a Nicaragua, Honduras y Guatemala. Con cientos de miles de personas afectadas en los tres países, donde ha habido tierras inundadas, cosechas perdidas, miles de viviendas destruidas y carreteras destrozadas, el ‘Iota’, que podría alcanzar la categoría 4 según el Centro Nacional de Huracanes de EEUU, desencadenará una nueva tragedia, alerta Alianza por la Solidaridad-Actio Aid, que reclama ayuda a la comunidad internacional.

Cifras oficiales señalan que el huracán Eta dejó a su paso 46 muertos y 96 desaparecidos en Guatemala. En Honduras, 68 muertos y 8 desparecidos. En Panamá, 19 muertos y 12 desaparecidos. Dos muertos en El Salvador y uno en Nicaragua. En Guatemala, toda una comunidad, arrasada por un deslave, ha sido declarada ‘cementerio’ y han dejado de buscar los cuerpos. 

Alianza por la Solidaridad ha constatado en Alta Verapaz (Guatemala), un departamento predominantemente indígena y muy afectado, la tremenda magnitud de los daños. Miles de familias lo han perdido todo, hasta la ropa personal, después de salir como pudieron de las comunidades en pequeñas lanchas por sus propios medios.

Una semana después, hay familias que continúan estando prácticamente aisladas, sin acceso a alimentos y sin agua potable. Además, las pistas y caminos de acceso están destruidos, los animales domésticos desaparecidos, y sus centros de salud comunitarios, así como miles de hectáreas de tierras de cultivo y árboles, arrasados. Asimismo, se cayeron los postes que llevan la electricidad y telefonía, dejando sin suministro de energía y sin comunicaciones a muchos afectados.

13/11/2020. Alta Verapaz, Guatemala.

Las hidroeléctricas empeoran los daños causados por el huracán

Uno de ellos es de Ana Rosalía Tiul, portavoz de las comunidades campesinas poqomchi. En esta zona, cerca de 1.200 familias de 30 comunidades han sufrido graves pérdidas: “Perdieron sus cosechas, sus animales. No podemos pelear contra la madre naturaleza pero aquí, además, ha habido retención de los ríos por hidroeléctricas de grandes empresa,s como Oxec o Renace. Si no hubieran estado, no se habría afectado a tantas familias. En tierras poqomchi, con el huracán sólo se salvó una plantación de palma africana. Eso no nos beneficia en nada. Lo que se han dañado son nuestras tierras indígenas. Ojalá las autoridades internacionales intervengan en este asunto. Los pueblos indígenas no somos animales, sólo reclamamos nuestro derecho a la tierra. Ahora viene otro huracán y ¿qué pasará con todas la familias que no tienen nada y aún no se han recuperado de la pérdida anterior?”.

Alianza por la Solidaridad ya se hizo eco de las protestas entre los damnificados por el agravamiento del impacto que ha tenido la existencia de hidroeléctricas sobre ríos desbordados, como el río Cahabón, dado que las instalaciones soltaron el agua que tenían retenido, aumentando las inundaciones y la destrucción.

La población de Alta Verapaz protesta por la inacción de su Gobierno, mientas éste suspende derechos fundamentales

Diez días después, a muchas comunidades, aún no ha llegado prácticamente ayuda de la administración. Además, el Gobierno guatemalteco declaró el ‘estado de calamidad’ el sábado 14 y suspendió derechos constitucionales, como el derecho de reunión y manifestación, cuando ya había convocadas algunas protestas por su inacción frente a esta crisis.

Con la llegada del huracán Iota’ se avecina una nueva catástrofe humanitaria, ante la que habría que haber evacuado a la población. De momento se ha hecho público un comunicado de la Coordinadora Nacional de Reducción de Desastres en el que se recomienda no acercarse a los ríos, tener preparada la llamada ‘Mochila de 72 horas’ con lo básico para sobrevivir, mantenerse informado por redes sociales y acudir a albergues cercanos, si los tienen.

Iota se formó el pasado viernes y cómo anunció el Centro Nacional de Huracanes, ha ido tomando fuerza. En Guatemala se mantiene la alerta para los departamentos de Petén, Alta Verapaz, Izabal, Huehuetenango, Quiché, Baja Verapaz, Chiquimula, Zacapa, Jutiapa y Guatemala, sobre todo a partir de mañana martes. Sin embargo, Alianza ha comprobado que familias campesinas de estas zonas están intentado regresar a sus casas y sólo la cantidad de lodo dejado por las correntías de agua dificulta el regreso.

La pandemia del COVID19 empeora la situación de las comunidades

Además, los daños de los huracanes han agravado la situación de comunidades que desde marzo viven en una emergencia nacional por la pandemia de Covid-19, que también ha dejado muertos y contagios. Estos días, el traslado de los damnificados a albergues está implicando un mayor riesgo de contagio del coronavirus. Y es que, según lo que se ha observado, no se han respetado los protocolos de sanidad.

Ante esta situación, Alianza por la Solidaridad-Action Aid reclama la urgente llegada de ayuda internacional a la zona. Asimismo, señala la necesidad de poner en marcha recursos para la recuperación de las comunidades por la responsabilidad que los países en desarrollo tienen ante estos eventos.

La ONG recuerda que el aumento del número y la intensificación de los huracanes se ha comprobado que tiene que ver con el cambio climático acelerado por los países más contaminantes. A ello se suma la existencia en Centroamérica, y especialmente en Guatemala, de numerosas hidroeléctricas –algunas como la de RENACE construidas por empresas españolas, Grupo Cobra-ACS- que agravan las consecuencias de estos fenómenos catastróficos. Las consecuencias de los huracanes harán retroceder décadas el desarrollo de estas zonas.

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