Amalia Caal Coc, mujer indígena maya q’ekchi del municipio de El Estor en el departamento de Izabal en Guatemala.

Amalia trabaja para la Fundación Guillermo Toriello, apoyando a 45 comunidades en la defensa de los derechos de las mujeres, las niñas, los niños, la madre tierra y el territorio. Gracias a su trabajo con las comunidades, ha podido ver los múltiples problemas a los que se enfrentan: obstáculos en el acceso a los derechos y a sus propias comunidades (lo que dificulta su movilidad), la movilización y manipulación con mentiras y la violencia hacia los líderes comunitarios. Todo esto impide muchas veces la defensa y el acceso a los derechos de las comunidades.

Desde su trabajo en la Fundación lucha contra de la violencia hacia las mujeres y la limitación de sus derechos, como el de participación. Esta situación está muy arraigada en las comunidades, pues se viene dando de generación en generación desde los diferentes niveles, familiares, comunitarios y estatales.

El estado guatemalteco abandona a las comunidades

Amalia también denuncia la falta de interés y de apoyo por parte del Estado en trabajar contra la violencia hacia las mujeres y la infancia y contra la violencia en general.

Especialmente la violencia hacia el territorio q’ekchi frente a las instituciones, multinacionales y monocultivos, que acaba afectando a las mujeres doble y triplemente, pues las consecuencias recaen sobre ellas.

También denuncia la despreocupación del Estado por las necesidades de mujeres e infancia en estas comunidades, así como la dificultad de acceso y de movilidad de las comunidades. Las malas conexiones impiden el acceso a muchos derechos, como el derecho a la salud y también lo que contribuye al destrozo y la destrucción de las comunidades por parte de las grandes empresas, dada su incomunicación con el resto de la población.

A pesar de que el camino no es fácil y aún falta mucho por hacer, no abandona la lucha por los derechos de las mujeres, de la infancia ni la defensa por el territorio, el cuerpo y por la madre tierra frente a las grandes empresas. Asegura que no se cansará, seguirá luchando y formando líderes y lideresas para que continúen la resistencia.