Falsas soluciones para los países más endeudados
La IV Conferencia Internacional de Financiación para el Desarrollo (FfD4) de la ONU entra en su último día sin soluciones reales sobre la mesa que supongan un verdadero alivio para los países más endeudados y un cambio en la arquitectura financiera internacional. Así, el Banco Mundial y el FMI continuarán gestionando los temas de deuda en lugar de optar por un Convenio Marco de Naciones Unidas que garantice procesos más democrático y justos con los países endeudados.
Sin embargo, los países del norte están apostando por “falsas soluciones” como los canjes de deuda en lugar de una condonación. Esto supone negar la gravedad de la deuda y el impacto que supone en la vida de miles de millones de personas.
Ahogados por la deuda
Más de la mitad de los países en desarrollo destinan al menos el 8% de sus ingresos públicos únicamente al pago de intereses de la deuda. Así, el alto endeudamiento desvía recursos públicos del gasto social hacia el pago de la deuda, impone medidas de austeridad y limita la capacidad de los estados para invertir en servicios públicos esenciales, como salud y educación, y agrava la vulnerabilidad y desigualdad social, afectando negativamente a la calidad de vida de la población.
De igual manera que el Gobierno español utilizaba el argumento de que una subida hasta el 5% del gasto en defensa podría poner en riesgo los servicios públicos, los países del Sur global ya se están viendo obligados a desmantelar servicios básicos o a no poder hacer frente a las peores consecuencias de la crisis climática.
“No estamos logrando tener un diálogo constructivo con los que toman las decisiones. Pero estamos haciendo todo lo posible para que las voces de los países del Sur Global y la sociedad civil sea tenida en cuenta y suponga un punto de partida para las futuras negociaciones que tienen que seguir dándose en el seno de Naciones Unidas” ha subrayado Cristina Muñoz, directora de ActionAid en España durante el tercer día de la Conferencia.
Las consecuencias de la deuda para los derechos sociales de millones de personas
En África, unas políticas de austeridad brutales están dejando a los servicios públicos en coma. Así, en países como Zambia o Nigeria la congelación del gasto en salarios del sector público ha provocado que algunas escuelas cuenten con solo uno o dos maestros para cientos de niños; y que en los centros de salud, no haya suficientes enfermeras ni médicos para proporcionar siquiera atención básica. Los trabajadores públicos reportan estar sobrecargados y desmoralizados, y las comunidades se quedan sin los servicios esenciales que necesitan. El reciente estudio, “El coste humano de los recortes en el sector público en África”, revelaba que que los salarios docentes han caído entre un 10% y un 50% en los últimos cinco años, y un alarmante 97% del personal sanitario afirma que sus sueldos no alcanzan para cubrir necesidades básicas como vivienda, comida y gastos del hogar.
“Debemos cambiar la austeridad por un modelo centrado en los derechos humanos. Esta demanda no puede ser ignorada por más tiempo. Es muy decepcionante ver que las propuestas y demandas de los países del Sur global para abordar la crisis de la deuda no estén presentes en las discusiones de la negociación” señalaba Faides Temba, directora de ActionAid en Zambia.