Agua de las Rocas, la microempresa que ayuda a mejorar la calidad de vida de los tumaqueños

«Tumaco siempre ha sufrido la falta de agua a pesar de estar rodeada por ríos como el Mira, que en algunas ocasiones ha generado emergencias por inundaciones en el municipio», dice Hansy Obando, profesional WASH de Alianza-ActionAid en la regional de Nariño.

La problemática relacionada a la distribución y a la calidad del agua no es algo nuevo para los 200.000 habitantes del puerto pacífico, los cuales a menudo se han visto privados de este precioso fluido. En los barrios, el agua llega cada 15 días pero en algunas ocasiones los pobladores han denunciado la interrupción del suministro por más de un mes. «Hay momentos en que fallan las tuberías y entonces las personas excavan pozos profundos para captar el agua, que sin embargo está contaminada, porque en Tumaco no hay sistema de alcantarillado», explican.

En la zona rural la situación es aún más grave: solamente el 2% o 3% de las familias cuenta con infraestructuras hidráulicas, hecho que fuerza a las personas a dirigirse hacia el río para llenar sus tanques o a recoger agua de lluvia. Este agua está sucia y provoca graves enfermedades gastrointestinales, dermatitis cutánea y otras provocadas por parásitos.

A través de la construcción de infraestructuras, distribución de filtros, tanques, kits de higiene y difusión de buenas prácticas, Alianza por la Solidaridad-Action Aid trabaja para mejorar el acceso al agua y saneamiento de los colectivos más vulnerabilizados.

Agua de las Rocas, una microempresa en Tumaco

«Nuestra microempresa ha nacido porque Tumaco carece de un buen sistema de acueducto y el agua no es 100% tratada» explica Óscar Granja, uno de los responsables de Agua de las Rocas. Esta asociación de jóvenes tumaqueños, se dedica desde 2019 al tratamiento y purificación del agua gracias a la asistencia técnica de Alianza-ActionAid.

«El agua del acueducto estaba afectando a toda la gente del pueblo: le salían manchas en la piel, los niños tenían diarrea y vómitos. Entonces decidimos con la compañera Liseth formar nuestro propio grupo para darle una mejor calidad de vida y de agua a las personas» señala.

La sede de Agua de las Rocas está ubicada en la Avenida Ferrea, dentro de un pequeño espacio lleno de tanques, tuberías, filtros y una motobomba que Alianza-ActionAid les ha entregado para dar vida a su actividad. Esto se ha llevado a cabo bajo el paraguas del proyecto Hoja de Ruta de la Unión Europea, como parte de la asistencia técnica en fortalecimiento comercial.

Una ‘escuela’ para jóvenes víctimas del conflicto

La asociación está formada por ocho miembros, las mujeres se dedican a la parte administrativa y los hombres al ámbito productivo y a la distribución. Entre ellos hay jóvenes que sufrieron los estragos del conflicto armado y que lograron recomponerse de la violencia. «Teníamos dos amigos que vivían en unas veredas y por causa de la guerra tuvieron que huir de su tierra. Ellos se dieron cuenta que nosotros estábamos formando una microempresa, entonces decidieron unirse y todavía hacen parte de nuestro equipo» cuenta Óscar.

Hoy la microempresa está observando un aumento de las ventas. Además, a pesar de que la crisis del COVID-19 ha afectado muchas pequeñas empresas, la producción en su caso no ha parado.

«Esta emergencia humanitaria tiene su ventajas y desventajas. Ventajas porque nosotros somos una planta purificadora de agua y entonces hace que aumente la demanda, pero también tenemos el riesgo de contraer el virus porque hay veces que tenemos que estar en contacto con las demás personas. Sin embargo, nosotros manejamos juiciosamente el equipo de seguridad: tenemos gorros, tapabocas y guantes en todo momento» dice Óscar.

La falta de agua dificulta el desarrollo de Tumaco

Desde siempre, los tumaqueños viven la frustración de no contar con un sistema de agua potable y saneamiento básico digno. Esta situación les ha hecho «especialistas» en ingeniería hidráulica para poder subsistir.

Por supuesto, estas circunstancias traen consecuencias alarmantes tanto en términos económicos como sociales. El 60% de la población de Tumaco trabaja en la informalidad. Las familias invierten los que ganan en sistemas de captación de agua como motobombas y tanques que pueden costar hasta 600.000 pesos. Esto implica que ahorren todo un año para comprarlas y que no puedan invertir en otros bienes de primera necesidad como alimentos y ropa. Y por si no fuera suficiente, el sacrificio no les garantiza el acceso a agua limpia y segura.

«Uno de los problemas de porqué las personas no quieren vivir en Tumaco es la falta de agua. Y si hay algo fundamental es eso: es la fuente para vivir. Por eso la ciudad no se desarrolla y la población migrante tumaqueña es tan alta». afirma Hansy.

Sin agua no hay desarrollo ni salida de la pobreza. El líquido es clave para mejorar la salud, educación e igualdad entre géneros. Es por ello que Alianza-ActionAid decidió respaldar iniciativas productivas como la de Agua de las Rocas. Esta microempresa, no solo aspira a brindar un producto de excelencia a sus consumidores sino, como afirma Óscar Granja, volverse también en un referente para los jóvenes víctimas de la guerra.

«Nuestra visión a futuro es que Agua de las Rocas no solamente sea una empresa para lucrar, sino una escuela para muchos jóvenes víctimas del conflicto. Ósea darle como ese apoyo para que vean que con un poquito de ayuda puedan alcanzar sus sueños».

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