Resultados de nuestro proyecto en Haití con testimonios en primera persona
¿Te gustaría conocer en qué se materializa nuestro trabajo en terreno con testimonios en primera persona? Te traemos algunos de Haití.
Contexto
En los últimos meses, Haití ha tenido que hacer frente a la subida de precio del combustible, que ha incrementado el coste de todos los alimentos y, por tanto, ha reducido el poder adquisitivo de los hogares, especialmente de los más vulnerables. El fenómeno del «pays lock» también ha dificultado la compra de productos de primera necesidad durante varios meses, agravando la inseguridad alimentaria. Además, la zona se ve afectada por una grave sequía, que ha repercutido en los cultivos. La sequía también está afectando al ganado, que no encuentra suficiente para comer y beber. Por último, la zona sigue sufriendo el impacto del huracán Matthew de 2016 y del terremoto de 2021, que destruyeron y dañaron casas y parcelas agrícolas.
Nuestro proyecto
Frente a esto, con nuestro proyecto «Respuesta de emergencia a la inseguridad alimentaria y nutricional de los hogares más vulnerables en IPC 4 en el departamento del Sur», y gracias al apoyo de la Unión Europea, «la situación se ha estabilizado, permitiendo a los más vulnerables satisfacer sus necesidades básicas», como señala nuestro técnico en el país, Daniel Theodore. El objetivo de este proyecto es cubrir las necesidades alimentarias más urgentes de los 1.500 hogares más vulnerables, lo que conlleva ayudar a unas 7.500 personas.
Gracias a esto y a la no condicionalidad de la ayuda, las familias más vulnerables han podido satisfacer otras necesidades básicas, como acudir a un centro médico o a la escuela. La inyección de dinero ha dinamizado el mercado local, con un impacto positivo en toda la zona.
Además de la transferencia de efectivo para los hogares en IPC Fase 4 (Emergencia), también hemos realizado actividades de concienciación durante la distribución para sensibilizar sobre buenas prácticas alimentarias y nutricionales con el fin de paliar la inseguridad alimentaria de los hogares y prevenir casos de malnutrición.
En primera persona
«Las cosas nos van muy mal, a veces solo comemos plátano y ñame porque ahora, con la sequía que acaba de azotar la zona, no encontramos nada que cosechar y no tenemos dinero para ir al mercado«, nos cuenta Jean Claucita.
Por suerte, y como ella misma indica «gracias a esta distribución», «compré alimentos y pagué las deudas que tenía con las comerciantes. Como estoy embarazada, estoy comprando buenos alimentos para que mi bebé crezca bien«. ¡Cómo nos alegra, Jean!
Otra de las beneficiarias, Marie Lucia Senat, afirma «El proyecto nos ha ayudado mucho». Explica que gracias a la distribución, compraron una cabra, luego un cerdo y, finalmente, comida y pagaron la escuela de sus hijos.
«También intento ahorrar algo de dinero para poder seguir comprando comida cuando termine el proyecto». Bien hecho.
Por su parte, Jean Prevenais Pierre, nos dice, feliz: «El dinero que recibí me ayudó a alimentar a mis ocho hijos y también a mantener a algunos de mis vecinos que no se beneficiaron del proyecto».
Incluso autoridades locales como Robinson Saint Joy reconocen: «Cuando analizamos la situación de la gente de la zona, la población era muy vulnerable y había muchas necesidades.
El proyecto ha tenido un impacto muy positivo. La mayoría de las personas que recibieron el dinero han mejorado su seguridad alimentaria y algunas ya han puesto en marcha pequeños negocios.