Un mundo mejor: 10 retos pendientes para 2023
Acaba 2022 en ¿un mundo mejor? Desde Alianza por la Solidaridad-ActionAid hacemos balance de lo que se ha conseguido este año a nivel global y de los retos, numerosos, que quedan por delante, tanto a nivel internacional como a nivel nacional.
Un mundo mejor: lo conseguido
Tres hitos importantes han llegado casi a final del año. Por un lado, la aprobación de la Ley de Cooperación, que supone algunos avances importantes, como el incremento progresivo de la ayuda oficial al desarrollo para alcanzar, al menos, el 0,7% en 2030; o la inclusión de enfoques feministas y ecologistas en sus intervenciones, entre otros.
Por otro, el pasado noviembre se aprobó en la COP27 la creación de un fondo para paliar los daños y pérdidas causadas por el cambio climático en el Sur global. Todo un hito si tenemos en cuenta que el coste económico de las emergencias empujan a los países del Sur a endeudarse aún más. Además, a menudo los países más vulnerables tienen que desviar fondos de los servicios públicos y adoptar medidas de austeridad para pagar a sus acreedores.
El último reto para un mundo mejor que también se ha conseguido este 2022 es la entrega de más 700.000 firmas de la Iniciativa Legislativa Popular para la regularización extraordinaria de las 500.000 personas migrantes en situación irregular que viven y trabajan en nuestro país. Esta ILP es una de las cinco ILP que más apoyo popular ha conseguido, teniendo en cuenta que solo una de cada diez iniciativas llegan al Congreso de los Diputados.
Un mundo mejor: 10 retos pendientes para 2023
Aquí va nuestra wishlist para el año que viene. Desde Alianza-ActionAid, pondremos todo de nuestra parte para cumplirla.
- El conflicto en Ucrania y sus consecuencias. La guerra en el continente europeo ha desplazado a más 7.800.000 personas, según datos de Naciones Unidas. El invierno, los ataques rusos contra infraestructuras civiles y el complicado contexto energético hacen que la ayuda humanitaria llegue lenta. Es más, algunas regiones llevan meses sin recibir apoyo.
- Crisis de hambruna global. Las consecuencias del conflicto en Ucrania golpean a las personas más vulnerables en países del Sur. En el cuerno de África, 20 millones de personas están en riesgo de padecer hambre extrema. El 90% del ganado ha muerto por falta de agua y alimento, dejando a las familias sin su principal fuente de ingresos. La subida de precios está agravando aún más las consecuencias de una crisis de proporciones descomunales.
- Seguimiento del fondo para daños y pérdidas por el cambio climático. A pesar de la aprobación de este fondo, han quedado muchas incógnitas sobre su implementación, qué países contribuirán y cuáles podrán beneficiarse. Además, sigue siendo muy urgente aumentar el recorte de emisiones para frenar las consecuencias del cambio climático.
- Aumentar los fondos europeos para ayuda humanitaria con los que hacer frente a crisis prolongadas como Haití, Colombia, Etiopía o Afganistán. A mediados de 2022, el número de personas que necesitaba ayuda humanitaria superó los 306,8 millones, 32 millones más que en diciembre de 2021. Las enmiendas realizadas al presupuesto no son suficientes.
- Acabar con la ocupación por parte de Israel de territorios en Palestina. El pueblo palestino lleva 74 años viviendo en un estado de ocupación militar por parte de Israel, que viola sistemáticamente los derechos humanos e incumple el Derecho Internacional. En Cisjordania se está viviendo la peor ola de violencia en más de una década: en lo que va de 2022, al menos 160 personas han muerto a manos del ejército israelí. Y la situación en Gaza continúa deteriorándose a un ritmo demencial en los últimos años del bloqueo.
- Impulsar la agenda de mujeres, paz y seguridad. Mujeres y niñas son más vulnerables en caso de conflicto. Pero también son las primeras en responder ante crisis humanitarias. Sus voces deben ser escuchadas y tener poder real de decisión cuando se trata de preparar lo que vendrá después.
- Otra política migratoria es posible. El análisis del compromiso de España con el Pacto Mundial de Migraciones reveló que España debe aplicar un enfoque de derechos humanos en sus políticas migratorias. Tragedias como la de Melilla no pueden repetirse y deben ser depuradas todas las responsabilidades.
- Trámite de la ILP para la regularización extraordinaria de personas migrantes. Tras la validación de las firmas, se inicia un plazo máximo de seis meses para analizar la iniciativa y llevarla, si procede, al pleno en el Congreso para su toma en consideración. Requiere mayoría simple para pasar el trámite como ley ordinaria. Cabe recordar que la última regularización aprobada fue hace más de 15 años (2004).
- Aprobar una ley vinculante de debida diligencia en España para que las empresas sean responsables de sus inversiones dentro y fuera del país. En Europa también se está avanzando en la aprobación de Directiva de Debida Diligencia de las Empresas en materia de Sostenibilidad. Es necesario que estas legislaciones tengan un ámbito de aplicación más ambicioso, que abarque toda la cadena de valor e incluya los aspectos de género y medioambiente.
- Seguimiento de la Ley de Cooperación. Si bien ha sido uno de los logros importantes, en 2023 también se plantean retos, como el desarrollo de los reglamentos de la Ley y la aprobación del VI Plan Director, que deben marcar la senda para una cooperación española más justa, feminista y centrada en los Derechos Humanos.
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