Respuesta humanitaria a una crisis olvidada: Acceso a agua potable en los campamentos saharauis

Después de 45 años, el 70% de la población refugiada en los campamentos sigue dependiendo del transporte de agua para su abastecimiento, siendo ésta una estrategia temporal a una situación que se prolonga desde hace demasiado tiempo. Gracias a este proyecto, contribuimos a garantizar el acceso a agua potable en los campamentos saharauis.

La crisis saharaui es una crisis olvidada

La población refugiada saharaui está organizada en cinco campamentos alrededor de Tindouf en el desierto argelino del Sahara. A pesar de las remesas de la diáspora y la presencia de una economía formal e informal en los campamentos, siguen dependiendo de la ayuda humanitaria externa.

Una ayuda humanitaria, que es básica para garantizar el acceso al agua potable y que tiene un impacto directo en la salud y el bienestar de la población. Para ello, se necesitan inversiones en infraestructuras locales para el abastecimiento de agua, que sean gestionadas y apropiadas por la institución pública.

Un proyecto para garantizar el acceso a agua potable

En 2018, el consorcio de ONG formado por Alianza por la Solidaridad y Solidaridad Internacional Andalucía se proponen trabajar conjuntamente para contribuir a dar una respuesta humanitaria en los campamentos. Gracias al apoyo de la Unión Europea, a través de la Dirección General de Protección Civil y Ayuda Humanitaria (DG ECHO), la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y la Agencia Andaluza de Cooperación al Desarrollo (AACID), se ha logrado la puesta en marcha de un sistema de aprovisionamiento de agua potable que llega a alrededor de 90.000 personas refugiadas.

En colaboración con la población y las instituciones saharauis, el proyecto «Mejora del aprovisionamiento en agua potable de los refugiados saharauis instalados en los campos de Tindouf” para garantizar el acceso a agua potable en los campamentos saharauis ha logrado los siguientes impactos:

  • El 42% de la población refugiada en los campamentos puede ahora acceder a agua potable a través de la red de distribución instalada. Además, se ha logrado un mayor control de la distribución de agua potable en los campamentos tras la ampliación y reurbanización de las redes existentes.
  • Las autoridades locales tienen ahora mayor capacidad de producción, almacenamiento, tratamiento de agua y control del sistema de distribución de agua potable (a través de la instalación de pozos y reservorios).
  • La calidad del agua distribuida ha mejorado gracias al fortalecimiento de la capacidad del personal de mantenimiento y trabajadores públicos responsables de la gestión de los recursos hídricos y el apoyo logístico y organizativo al laboratorio de tratamiento.
  • Los costes financieros, derivados del transporte de agua con los camiones, se han reducido considerablemente.
  • Se ha trabajado con la población para que realicen un buen uso del agua.

Un conflicto que se prolonga demasiado

Desde 1975, Marruecos y el Frente Polisario compiten por el control del Sahara Occidental, una antigua colonia española. En 1975 Argelia permitió el establecimiento de campos de refugiados en la parte suroeste del país. Aunque las hostilidades directas entre Marruecos y el Frente Polisario cesaron en 1991 con la implementación de un alto el fuego negociado por naciones Unidas (ONU), la resolución de este conflicto político está paralizada.

La Resolución 690 (1991) del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas estableció la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara Occidental (MINURSO) con el mandato de organizar un referéndum que permita al pueblo saharaui elegir entre independencia e integración en Marruecos. Un referéndum que aún no se ha llevado a cabo.

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