El reto de mantener la atención a mujeres víctimas de violencia de género en Oriente Próximo en tiempos del Cov-19

Durante la crisis del COVID, y debido al confinamiento, muchas mujeres se han visto obligadas a convivir con sus maltratadores en el mismo espacio. Las ya escasas herramientas con las que contaba la comunidad para atender a estas mujeres han desaparecido y los mecanismos de protección de las autoridades y de las ONGs se han visto gravemente diezmados a consecuencia de la pandemia.

La situación es especialmente grave en Palestina, donde Alianza por la Solidaridad está presente desde hace más de 10 años. En las actuales circunstancias, ¿cómo podíamos seguir protegiendo a estas mujeres supervivientes de la violencia de género?

La dificultad de mantener la atención a las víctimas de violencia de género

En Alianza fuimos conscientes desde las primeras semanas, que las organizaciones con las que trabajamos en  la atención a mujeres supervivientes de violencia estaban encontrando muchas dificultades para continuar su actividad con calidad. Muchos centros redujeron su atención a casos extremadamente urgentes, y aunque otros permanecieron abiertos como servicio indispensable, las mujeres no acudían a los mismos al haber aumentado su carga de cuidado al estar toda la familia confinada, cerrarse escuelas, centros de trabajo, etc.

Tanto en Palestina como en Jordania, llevamos ya una década apoyando servicios de salud sexual y reproductiva, asesoría legal, consulta psicológica, y acompañamiento a miles de mujeres para salir del ciclo de violencia, todo ello en medio de la crisis humanitaria que asola la región.

No sólo era un problema de falta de recursos económicos para aumentar el personal y poder hacer frente a la pandemia sin abandonar otros frentes como es la atención a la salud sexual y reproductiva o la atención a supervivientes de violencia de género. Las trabajadoras sociales y psicólogas estaban en parte en sus casas, cuidando de sus familias, y con un teléfono como única herramienta para mantener contacto con las supervivientes de violencia de género con las que venían trabajando.

¿Cómo mantener a salvo a las mujeres víctimas de la violencia de género en este contexto?

“En ese momento se nos planteaban muchas dudas: ¿Cómo mantener la privacidad? ¿Cómo proteger a una mujer que convive con su maltratador? ¿Cómo lograr que todo el proceso sea confidencial cuando ya no tenemos el espacio seguro de los centros de atención?” fueron las preguntas que se hacía Eva Moreno Anadón, coordinadora regional de Alianza.

Las organizaciones tenían que seguir operando y tenían que hacerlo en remoto, prescindir del archivo, de la seguridad, comodidad y calidez del centro, y pensar sólo en lo fundamental: mantener a salvo a las mujeres y proporcionarles, al menos, una vía de contacto con el exterior que les ayudara a sostenerse sin ponerlas en riesgo.

Para garantizar la asistencia a supervivientes de violencia de género desde el confinamiento, Alianza por la Solidaridad ha diseñado un sencillo manual  que marca las pautas para seguir ofreciendo asistencia, vía remota, al mismo tiempo que se salvaguarda la dignidad y la seguridad de la mujer que requiere el servicio.

¿Cómo se ha realizado este manual?

El manual se ha hecho en un tiempo récord, tras conversar con las profesionales que lo requerían, recogiendo sus dificultades, y tratando de hacer un documento lo más sencillo posible para facilitar su labor, sin perder de vista los estándares internacionales de atención para crisis humanitarias.

“El manual aporta una serie de requisitos mínimos indispensables que debemos garantizar las psicólogas aún trabajando desde casa, por lo que pensamos que es muy sencillo respetarlo y al ver escritas las recomendaciones, te ubicas mucho mejor en los riesgos que conlleva el seguimiento digital de los casos”, apunta Salma, trabajadora de un centro de Gaza.

El seguimiento del caso de manera adecuada es primordial y hay que garantizar que sea hace en las condiciones mínimas para no poner a la superviviente en peligro.

“Este manual ha resultado de gran utilidad para el equipo. La trabajadora social y la psicóloga me manifestaron el otro día su satisfacción con el documento. Para empezar, se han sentido parte del proceso de elaboración porque han tenido la oportunidad de dar su opinión e incluir su experiencia cuando están atendiendo a sus casos. Cuando empezó el confinamiento y tuvieron que atender a las supervivientes desde casa, tenían muchas preguntas sobre cómo procEder. Pero ahora tienen mucho más claro los procedimientos”. Firyal Tahbet, coordinadora del Centro de Salud para las Mujeres de Albureij (Franja de Gaza).

El manual ha sido muy bien recibido por la comunidad humanitaria, puesto que había una necesidad compartida de recibir información y directrices en este tema. Los subcluster de Violencia de Género de Gaza y Cisjordania lo han distribuido entre todos sus miembros, y dado el elevado interés que ha despertado, se están preparando talleres online para trabajar el manual con las organizaciones que prestan servicios especializados de VdG y que quieren aplicar las recomendaciones que se extraen del documento.

Desde abril de 2020, Alianza ha logrado mantener activas las intervenciones en atención a la violencia en 5 centros de Cisjordania y Gaza, trabajando de la mano de sus socias: Asociación para la Cultura y el Libre Pensamiento – CFTA- (Gaza), Unión de Comités de Salud – UHWC (Gaza), Asociación Palestina para la Planificación Familiar (PFPPA) (Hebrón y Belén).

Este trabajo viene siendo financiado por la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo (AECID) y con la Agencia Andaluza de cooperación Internacional al Desarrollo (AACID).

 

 

 

 

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