Cumbre del Clima “Este texto no vale ni el papel en el que está escrito”
Calificar de decepcionante el acuerdo alcanzado en la Cumbre del Clima es quedarnos cortas. “Se suponía que esta COP29 serviría para desbloquear el dinero que necesitaban los países en desarrollo para la acción climática, pero no ha sido así. Los países del norte global no han sido capaces de acordar una cifra adecuada que responda al reto de la emergencia climática que refleje un compromiso claro con los países del sur global y lo recogido en el Acuerdo de París” ha señalado Isabel Iparraguirre, nuestra responsable de Transición Ecológica.
Finalmente, el texto aprobado incluye un compromiso de 300.000 millones de dólares para el nuevo objetivo de financiación (NCQG) que debe sustituir al compromiso que se realizó en 2019 para que los países ricos movilicen 100.000 millones de dólares anuales entre 2020 y 2025 para los países “en desarrollo”. La estimación que se habían realizado desde el grupo de expertos independientes de las necesidades reales para hacer frente a la emergencia climática y que se menciona en el propio texto aprobado era de 1,3 billones de dólares anuales, lo cual pone de manifiesto lo claramente insuficiente de la cifra aprobada. Del mismo modo, no se menciona de forma explícita que esta financiación se desembolse vía subvenciones y con fondos públicos, tal y como demandaban los países del sur global y la sociedad civil, si no que abre la puerta a ampliar que se puede contabilizar cómo financiación climática. Así las operaciones e inversiones del sector privado, los flujos de bancos multilaterales de desarrollo, y otras operaciones y “fuentes alternativas” se podrán contabilizar como parte de la financiación climática para los países en desarrollo.
“Esto implica que no priorizar las subvenciones como vía de desembolso de esta financiación va a incrementar la deuda de los países del sur global que ya se enfrentan a crisis de deuda” Isabel Iparraguirre.
«Este texto no vale el papel en el que está escrito. Superficialmente, las cifras pueden parecer más grandes que el objetivo anterior de financiación climática de 100.000 millones. Pero si rascamos la superficie, esto está lleno de préstamos. Con el fin de aumentar artificialmente las cifras, está tratando de contar todo, en todas partes a la vez, al tiempo que traslada la carga a los países en desarrollo” ha señalado Teresa Anderson, responsable global de Justicia Climática de ActionAid International, que ha seguido la cumbre desde Baku.
¿Qué ha pasado con los otros temas en la Cumbre del clima?
En relación al objetivo relacionado con la creación del fondo para Pérdidas y Daños, finalmente no se ha incluido ningún subobjetivo ni nada demasiado concreto sobre cómo implementar este compromiso que se alcanzó el año pasado. De hecho “apenas ha sido tratado en esta COP29 y apenas se menciona en el texto de NCQG”.
En cuanto al Objetivo Global de Adaptación, se buscaba duplicar la financiación para la adaptación para el 2025. Pero al estar vinculado también a la negociación del NCQG, los fondos que se van a destinar a adaptación han quedado muy por debajo de las estimaciones reales de lo que se necesitaba acordar para que los países del sur más afectados por la emergencia climática puedan destinar a adaptación.
Otro retroceso es que el texto sobre mitigación no ha incluido ninguna mención a combustibles fósiles, ni siquiera a su eliminación gradual como si se hizo el año pasado.
Mercados de carbono, mucho greenwashing y poca efectividad
En cuando a la cuestión de los mercados de carbono, a pesar de que al inicio de la Cumbre se consiguió dar un impulso a un acuerdo sobre el artículo 6 y los mercados de carbono, que no se había podido cerrar en las anteriores COP, este mecanismo sigue generando grandes dudas. “Son mecanismos que lo que llevan es a retrasar la acción climática, a que los países y sectores más contaminantes sigan operando como siempre, emitiendo Gases de Efecto Invernadero (GEI) y buscando maneras de compensarlo, aunque sea sobre el papel. No contribuye a que se tomen las medidas necesarias para cambiar el modelo económico, de producción y consumo y promover las transformaciones necesarias para cumplir con el Acuerdo de París y resolver el problema de la crisis climática” ha insistido Iparraguirre.
Además, en el pasado ha habido un problema con la doble contabilización, donde tanto los países que compraba los bonos de carbono como el país que los emitía se contabilizaban la reducción de emisiones. Por otra parte, se ha comprobado que algunos de los proyectos que se financiaban con los bonos, no suponían esas reducciones de emisiones que se prometían, o que habían sido ineficientes.
El papel de las mujeres en la crisis climática
Durante la COP29 se ha buscado hacer visible en impacto diferenciado del cambio climático en mujeres y niñas y en promover su participación y liderazgo, y el acceso a fondos y fuentes de financiación. Sin embargo, no se ha logrado que el enfoque de género se integre de forma adecuada y transversal en las propuestas. Durante esta COP, algunos países han presionado para que no aparecieran menciones explícitas al género en el texto (Arabia Saudí, Irán, Egipto, Rusia y el Vaticano) lo cual ha retrasado avances en la negociación y en la actualización del Gender Action Plan (GAP).
Es necesario que las mujeres tengan representación en los espacios de toma de decisión respecto a la acción climática, las políticas de mitigación, adaptación o de las negociaciones climáticas. Según ONU Mujeres, en esta COP29 en Bakú, solo había 8 mujeres (de 78) en la foto que reunía a todos los líderes mundiales. Además, solo 6 de los 78 líderes gubernamentales han mencionado el impacto climático en las mujeres, y 4 de ellos eran mujeres.