El futuro del planeta
De nuevo, en el Día Mundial del Medio Ambiente, queremos poner el foco en el futuro del planeta: en el daño que le están causando los combustibles fósiles y la agricultura industrial. Es urgente actuar antes de que sea demasiado tarde.
La crisis climática amenaza la vida de, al menos, 2 de cada 5 personas en el mundo, y entre 3.300 y 3.600 millones viven en zonas muy vulnerables al impacto del cambio climático. Como ha dicho el Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, «la mitad de la humanidad está en la zona de peligro».
El futuro del planeta
Los fenómenos climáticos extremos están aumentando la inseguridad alimentaria, la escasez de agua, la pérdida de medios de subsistencia y hogares, los desplazamientos y migraciones, las enfermedades, la muerte y la desigualdad. Los miles de millones de personas que viven en primera línea de los desastres climáticos tienen 15 veces más probabilidades de morir por inundaciones, sequías y tormentas que los que viven en regiones con una vulnerabilidad más baja. La situación es catastrófica y es necesario actuar ya con urgencia para evitar que nuestro planeta se caliente aún más.
Las personas más afectadas por la crisis climática son las que menos han contribuido a provocarla. Las comunidades del Sur Global, especialmente las mujeres y las niñas, se están viendo desproporcionadamente afectadas. Se ven obligadas a luchar contra inundaciones, sequías, ciclones, la subida del nivel del mar y pérdidas de cosechas que son más graves cada año que pasa.
La escalada de la crisis climática se está extendiendo aún más y está empezando a afectar a las comunidades del Norte Global, con inundaciones en Italia y Alemania o terribles incendios forestales en España, Canadá, Estados Unidos y Australia.
Necesitamos unirnos para exigir medidas inmediatas en favor de la justicia climática antes de que sea demasiado tarde. Hacemos un llamamiento a activistas y simpatizantes de todo el mundo para que griten «basta ya».
¿Por qué la agricultura industrial es parte importante del problema?
Aunque mucha gente no lo sepa, la agricultura industrial es el segundo sector que más gases de efecto invernadero produce en el mundo. Pero la agricultura es también el sector más vulnerable a los impactos climáticos. Las inundaciones, las sequías, los ciclones, la subida del nivel del mar y los patrones meteorológicos erráticos están teniendo consecuencias devastadoras para el rendimiento de los cultivos y los ingresos de los agricultores, que se ven cada vez más amenazados.
Aunque ha pasado desapercibida como culpable de la crisis climática, la agricultura industrial depende en gran medida de métodos industriales como la plantación intensiva de grandes extensiones de un solo cultivo, el cultivo de plantas modificadas genéticamente, los fertilizantes sintéticos y las semillas híbridas, todo ello diseñado para maximizar la producción sin tener en cuenta las devastadoras consecuencias para nuestro mundo.
¿Cuál es la alternativa a la agricultura industrial?
La agroecología es una excelente alternativa a la agricultura industrial. Es una forma de cultivar y gestionar los cultivos, el ganado, los bosques y la pesca que es viable, duradera, resistente al cambio climático y ofrece otros beneficios medioambientales, sociales y culturales, como hacer frente a la escasez de alimentos y agua, la desigualdad de género y la pobreza.
En Alianza-ActionAid creemos que la agroecología es una solución poderosa e innovadora para detener la crisis climática y fortalecer la resiliencia de los sistemas alimentarios a los impactos del cambio climático. Los enfoques agroecológicos reducen la degradación de la tierra y son, en última instancia, restauradores del medio ambiente y mejoran la salud del suelo.
¿Por qué los combustibles fósiles son parte del problema?
Es sabido que el uso de combustibles fósiles es la principal causa del cambio climático. La mayor parte de las emisiones de gases de efecto invernadero proceden de los combustibles fósiles.
Las tasas de emisión de combustibles fósiles están ahora por encima de los niveles anteriores a la pandemia, tras un descenso temporal debido a los bloqueos provocados por COVID-19. Los gobiernos de todo el mundo están incumpliendo sus compromisos de reducir las emisiones de combustibles fósiles a costa del planeta. Según un informe reciente, la ambición de las promesas de reducción de emisiones para 2030 debe ser siete veces mayor para estar en consonancia con el objetivo de 1,5 °C del Acuerdo de París.
¿Cuál es la solución a los combustibles fósiles?
Exigimos una transición justa para alcanzar el 100% de energía renovable en todo el mundo, sin perjudicar a las comunidades por acaparamiento de tierras o condiciones laborales inseguras.
Necesitamos garantizar que el cambio hacia vías más ecológicas evite perjudicar a las comunidades y se rija por cuatro principios clave de las transiciones justas:
- Deben abordar -y no incrementar- la desigualdad.
- Deben transformar los sistemas en beneficio de las personas, la naturaleza y el clima.
- Deben garantizar la inclusión y la participación.
- Deben desarrollar marcos integrales para apoyar a las comunidades a realizar esos cambios.
Debemos acabar ya con la financiación de los combustibles fósiles para cumplir con el Acuerdo de París y limitar el calentamiento global a 1,5 °C.
Es el momento de actuar
Tenemos un papel que desempeñar en la protección de nuestro planeta
Debemos garantizar que las mujeres, los jóvenes y los grupos indígenas, que son líderes en agroecología e innovación en energías renovables, sean incluidos, empoderados y escuchados. Debemos actuar urgentemente para apoyarles.
Debemos escuchar las voces de los jóvenes, que se enfrentan a un futuro incierto, y unirnos a ellos para actuar contra la injusticia climática y exigir una transición feminista y justa hacia un mundo sin combustibles fósiles ni agricultura industrial. Sus voces deben incluirse en las decisiones que se tomen ahora, y debemos apoyarles para que exijan responsabilidades a quienes están en el poder.