Las mujeres salvan las áreas rurales en Mauritania
En Mauritania, ubicado en la región del Sahel, más del 80% del territorio está cubierto por el desierto. Se trata, sin embargo, de un país agrícola y en la región del Gorgol al sureste del país en la orilla del río Senegal; de manera tradicional y estacional, las inundaciones de este río han conferido suelos ricos en nutrientes y una extraordinaria biodiversidad, que ha facilitado la producción de alimentos. Es una de las razones por las cuales es de las áreas más densamente pobladas (o lo era).
La situación ahora es distinta. Los territorios ubicados en el Sahel están sufriendo de manera exacerbada las consecuencias del cambio climático. Las sequías de los últimos años han incrementado la presión sobre los recursos, sobre el agua, el suelo fértil y la vegetación; teniendo que acudir en muchas ocasiones a técnicas agrícolas que, a medio plazo, no hacen más que favorecer el mismo ciclo de la desertificación.
Quién se ve obligado a emigrar, quién se ve obligado a quedarse
Abandonar las comunidades rurales y migrar se está consolidando como la opción para las personas que habitan estos territorios rurales; hay quienes intentan salir al extranjero; otra opción es la capital, Nouakchot, que sigue recibiendo sobre todo hombres jóvenes que buscan generar ingresos económicos para sostener a sus familias. En la mayoría de las ocasiones esto no se cumple, no llegan las remesas, tampoco regresan los jóvenes.
Cada vez más mujeres, sobre todo las más jóvenes, son forzadas a seguir este camino, teniendo que asumir graves riesgos en el camino. Por ello, en las comunidades rurales quedan sobre todo las mujeres, Son ellas las que se responsabilizan de asumir los trabajos reproductivos y de cuidados (la infancia y personas mayores no pueden migrar ) y por supuesto, necesitan garantizar el alimento.
Cooperativas agrícolas de mujeres
Las mujeres en los territorios del Gorgol saben perfectamente cómo relacionarse con la tierra y, también, que es más sencillo y eficaz hacerlo de manera colectiva. Las primeras cooperativas agrícolas datan de hace 20 años y Alianza por la Solidaridad-ActionAid en colaboración con su socia local ARDM acompañan, a las que tienen más trayectoria, pero también a aquellas más recientes que desean seguir sus pasos. De esta manera, estamos fortaleciendo las capacidades y dotando de herramientas para favorecer una producción más resiliente al cambio climático, gracias a la adopción de técnicas agroecológicas.
Es importante garantizar la seguridad alimentaria, lo cual necesita ir de la mano del fortalecimiento de la estructura interna de las cooperativas (coordinación, gestión) acompañando sus procesos de empoderamiento colectivo. Es estratégico para estas mujeres rurales y cooperativas saber y reconocer que tienen derechos, por ello incluimos formaciones específicas que se adaptan a sus necesidades reales y cotidianas. Gracias al reconocimiento de los derechos sociales, económicos, culturales y ambientales (DESCA) disponen de herramientas para liderar sus propios procesos y posicionar sus demandas también hacia las instituciones públicas.
20 años de estrategias de resiliencia
Siguiendo esta estrategia y gracias al proyecto “MAURIFEM” financiado por la Generalitat Valenciana, 822 mujeres rurales pertenecientes a 16 cooperativas agrícolas en el municipio de Moit (región del Gorgol), ya están siendo acompañadas en sus estrategias de resiliencia. Entre muchos otros logros, estas cooperativas ya están asumiendo el arduo y largo proceso de obtener seguridad jurídica de la tierra que trabajan. Solamente el 18% de las mujeres mauritanas son propietarias de la tierra que cultivan (CEDAW,2020). Estas mujeres son a la vez agentes de cambio en sus comunidades, garantizando el desarrollo de sus territorios, colocando la vida en el centro y consiguiendo ser menos vulnerables a la crisis sistémica que estamos atravesando.