El conflicto armado en Siria, que comenzó en 2011, es la causa de un desplazamiento masivo de la población sin precedentes en la historia reciente. Más de 11 millones de personas han tenido que abandonar sus hogares, de las cuales, más de cinco millones han tenido que buscar refugio fuera de sus fronteras.
Los primeros países en acoger a esta población han sido los más cercanos. Entre ellos, Jordania cuenta con unas 660.000 refugiadas según cifras de ACNUR, aunque el gobierno jordano estima que la cifra real puede llegar a 1.260.000. En este territorio, más del 80% de las personas refugiadas viven por debajo del umbral de la pobreza y en condiciones deplorables, sin acceso a los servicios básicos mínimos.
En este escenario, las mujeres refugiadas se encuentran en una situación muy vulnerable: sin acceso a atención médica, víctimas de la discriminación social y laboral y sin protección frente a la violencia de género, la cual empeora en situaciones de conflicto.