La planta embotelladora de Coca-Cola en El Salvador vuelve a la carga. La guerra por el agua en el Distrito de Nejapa (Municipio de San Salvador Oeste)es un ejemplo de lo que es una inversión irresponsable. En este caso, por parte de la embotelladora de Coca-Cola en El Salvador, que no está llevando en este caso la chispa de la felicidad a la región, sino todo lo contrario. Los estudios realizados aseguran que la explotación está consumiendo cerca el 200% de la capacidad total anual del acuífero.

En 2016, la planta retiró su proyecto de ampliación de esta planta. Pero ahora ha vuelto a presentar una solicitud de ampliación. La sostenibilidad del acuífero sigue estando amenazada, por lo que exigimos a esta multinacional retire la solicitud de ampliación y que continúe su compromiso con el uso responsable de los recursos naturales reduciendo el consumo de agua en un 22 % y contribuyendo a la recuperación del acuífero y del entorno que lo rodea.

Por cada litro de refresco producido en la planta se gastan 2,5 litros del agua del acuífero.

Desde su llegada hace casi 20 años a Nejapa, la empresa no había presentado ningún estudio de impacto ambiental hasta que solicitó la ampliación de su planta. El negocio de la embotelladora de Coca-Cola coexiste con la precaria situación de 1 200 familias que reciben un suministro de agua intermitente y muy caro. Además, a este ritmo  el acuífero se agotará en 21 años, 15 si se tienen en cuenta los efectos del cambio climático.

La chispa de la vida es el agua

Promovemos el derecho humano al agua, y las comunidades y organizaciones sociales se han movilizado para que esta embotelladora no deje sin agua a decenas de miles de personas. No olvidemos, que El Salvador está situado en una zona de bosque tropical seco, con altas vulnerabilidades a fenómenos extremos climáticos, como el sucedido con las inundaciones y el deslizamiento de tierras en el año 2021, donde un desastre se cobró la vida de 9 personas en Nejapa.