Clemencia Carabalí: premio a la Defensa de los Derechos de las comunidades negras

Mujer, negra y rural”, así se describe Clemencia Carabalí, la ganadora del Premio Nacional a la Defensa de los Derechos humanos como “Defensora del año”, que otorga la Iglesia Sueca y Diakonia.

Este reconocimiento, dice ella, “es muy importante, toda vez que visibiliza y respalda la labor que realizamos los defensores y defensoras de derechos humanos y étnicos en Colombia. Y en este momento en particular en el Cauca, donde la situación de violación de DDHH sigue siendo crítica. Para las mujeres afrocolombianas que decidimos permanecer en nuestros territorios, defendiendo la vida, construyendo paz, esperanza y libertad, este reconocimiento es fundamental”.

Integrante y presidenta de la Asociación de Mujeres Afrodescendientes del Norte del Cauca (ASOM), Clemencia empezó su defensa de los derechos de las comunidades negras, hace 22 años cuando finalizando su bachillerato “le picó el bicho del liderazgo” con una materia llamada proyección a la comunidad, en la que orientaba a las familias sobre cómo podían construir huertas caseras para mejorar la alimentación de los niños.

Al ver las necesidades básicas insatisfechas de las comunidades del Cauca, “Clema”, como le dicen en Buenos Aires Cauca su tierra natal, decidió que dedicaría su vida a la heroica lucha por la defensa y reivindicación de los derechos la población afrocolombiana. “De ver lo difícil que nos ha tocado a nosotras las mujeres por enfrentar la responsabilidad del hogar, pero también la de generar recursos económicos, la responsabilidad de cuidar la comunidad y cuidar el territorio. Entonces, particularmente, pensé que era una carga muy difícil y que la única manera de sobrellevarla era acudir a esos sentimientos y a esos lazos de solidaridad que debe haber entre nosotras. De ahí surgió la necesidad de generar una dinámica de mujeres que inicialmente fue pensada para ayudarnos entre nosotras mismas.”

La Fundación Alianza por los Derechos, la Igualdad y la Solidaridad, ha acompañado esta invaluable lucha de Clemencia y la ASOM, y de Víctor Hugo Moreno Mina, consejero mayor de la Asociación de Consejos Comunitarios del Norte del Cauca (ACONC) y también finalista de la misma categoría, por la consolidación de la Paz territorial, el ejercicio de derechos de la población, la participación democrática y el desarrollo sostenible e inclusivo, desde un enfoque diferencial y de género en la región pacífica, cuyos proyectos son apoyados por la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo – AECID y Junta de Andalucía.

Clemencia, es una mujer alegre y muy valiente. Esto último le ha costado su exilio en varias ocasiones (2009, 2010 y 2013) y varios atentados, como el ocurrido el 1 de mayo. Y es que la violencia en el país, ha aumentado a pesar de la firma del Acuerdo de Paz en 2016. Según el Programa Somos Defensores, las agresiones (amenazas, asesinatos, atentados, detenciones, judicializaciones y robos de información) a defensores y defensoras de derechos humanos, aumentaron en el primer trimestre del 2019 en un 22% con 245 agresiones, mientras que, en el mismo periodo en 2018, se registraron 146.

A pesar de esto, “Clema” continúa trabajando incesantemente como lo ha hecho durante más de dos décadas en la defensa y reivindicación de derechos como la reparación colectiva, la consulta previa y el consentimiento libre e informado para la pervivencia de la gente en territorios mayoritariamente étnicos; la protección de rutas étnicas; la implementación de medidas especiales para la población afrocolombiana en situación de desplazamiento; la defensa de los derechos de las mujeres; y la implementación del Acuerdo de Paz, firmado entre el gobierno nacional y las FARC – EP.

Pese a las difíciles condiciones de su territorio, ella no pierde la esperanza y cree que la consolidación de la paz es posible. “Sé que no es fácil y que en estos tiempos como que reaparece la desesperanza, pero tenemos que persistir, no nos queda otra opción. Creo que las mujeres estamos llamadas a generar un cambio en estas comunidades, en nuestra región y en nuestra Colombia. Este país tiene cosas hermosas, nuestras regiones tienen muchos recursos de los cuales todos pudiéramos vivir y necesitamos reconstruir ese tejido social y seguirles enseñando, seguirles mostrando a nuestras hijas el camino”.

En los últimos 20 años, Alianza ha dado atención y ha acompañado a más de 100.000 personas del Suroccidente Colombiano, con trabajo concentrado en Nariño, Cauca, Valle del Cauca y Bogotá D.C., con la puesta en marcha de proyectos productivos y de seguridad alimentaria facilitando el acceso a alimentos; la construcción de servicios e instalaciones de agua y saneamiento en las comunidades; la creación de nuevos barrios para la población desplazada; asistencia humanitaria a la población afectada en sectores de Agua, Higiene y Saneamiento, Seguridad Alimentaria y Nutrición; Protección; Educación en el Riesgo de Minas; Construcción de Paz y Desarrollo; y acompañamiento social, legal y psicológico, con especial atención a las mujeres, niños, niñas, adolescentes y jóvenes, quienes han sufrido en mayor medida las consecuencias del conflicto.

Otros ganadores del VIII Premio Nacional de Derechos Humanos, que reconoce una vez más a quienes defienden la vida, protegen los territorios, construyen paz y buscan de manera incansable mejorar las condiciones de vida de las comunidades vulneradas en sus derechos y afectadas por el conflicto armado, fueron los defensores y defensoras de la Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra (ACVC), los defensoras y defensoras investigadores de la Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento (CODHES) y el defensor Ricardo Esqui

Clemencia (2)Imágenes decidas por Darwin Torres, integrante del Proceso de Comunidades Negras (PCN).

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