«La Ayuda Oficial al Desarrollo son cacahuetes»

Ayer se presentaba el informe “AidWatch 2013. El rol único de la ayuda europea”, en el que se destaca la reducción dramática y creciente de los flujos de AOD europeos. En este funeral para la AOD, representantes del Parlamento Europeo, de los Estados Miembros, de la Comisión Europea y de la Sociedad Civil, expusieron los pros y contras del proceso que, según Consolo, Director de CONCORD, no se correspondería tanto con una situación de crisis -que serían algunas de las excusas o justificaciones que los gobiernos del sur de Europa están dando a su ciudadanía – sino al fin de un modelo.

En este “diálogo” en el que las posiciones comunes son difíciles de encontrar, la Comisión apuesta por el fin de la ayuda tal y como la conocemos. Desde iniciativas como La agenda para el cambio de la Comisión Europea hasta el proceso de acuerdo del nuevo presupuesto de la Unión y los instrumentos de financiación -como el Instrumento de Cooperación al Desarrollo (DCI) y el Fondo Europeo de Desarrollo (EDF) para el periodo 2014-2016- y con el horizonte del marco post 2015 y la financiación del desarrollo, observamos cómo se están potenciando nuevas formas de trabajar con países de renta media, la limitación de los flujos de ayuda a los países con “mayores necesidades”, el establecimiento de principios como la concentración y la diferenciación y un trabajo mucho más estrecho con el mundo empresarial, que prioriza otro tipo de flujos financieros distintos de la AOD o aspira a ampliar y cambiar los criterios de clasificación de la Ayuda Oficial al Desarrollo.

El informe AidWatch 2013 alerta sobre estos peligros, porque la AOD ha jugado un rol único: los resultados de cambio y desarrollo que se han obtenido y se siguen obteniendo con flujos de Ayuda Oficial al Desarrollo siguen siendo mucho mayores que con cualquier otro tipo de transferencias, tanto en los países más pobres cómo en los de renta media.

Y esta irremplazabilidad de la ayuda contaría con de 10 argumentos muy claros:

1. La ayuda efectiva puede dirigirse a servicios públicos y apoyar empresas privadas para la población en situación de pobreza

2. La ayuda efectiva está disponible en un plazo inmediato y, al mismo tiempo, permite establecer un conjunto de recursos para el largo plazo

3. La ayuda debe focalizarse en generar genuinas transferencias de recursos para el desarrollo

4. La ayuda efectiva puede apoyar al establecimiento de instituciones de rendición de cuentas y a mejorar la gobernanza

5. La ayuda efectiva implica un mecanismo de financiación público, que es transparente y rinde cuentas

6. La ayuda es un mecanismo adecuado para invertir en sectores claves para erradicar la pobreza

7. Los préstamos deben ser reembolsados

8. La ayuda será necesaria hasta que los países en desarrollo puedan disponer de recursos domésticos adecuados a través de sistemas impositivos justos

9. A diferencia de la ayuda, la inversión extranjera directa no tiene un objetivo de desarrollo

10. La ayuda es la expresión más poderosa de la solidaridad global

Por otro lado, el informe reconoce ciertas limitaciones a la AOD actual y que es necesario mejorar cuestiones como la eficacia de la ayuda para el desarrollo (un contexto de crisis como el actual llamaría a maximizar la efectividad de cada céntimo dedicado a la ayuda pero, por el contrario, la evidencia muestra que el proceso para una AOD más efectiva se ha debilitado); una ayuda más genuina (sigue siendo una práctica habitual el inflamiento de sus cifras incluyendo dentro del volumen de AOS fondos que propiamente no lo son); o la falta de un verdadero compromiso, ya que ¡seguimos muy lejos del 0,7% mítico!, y en 2012 la ayuda de los 27 países UE representó sólo el 0,39% del PIB UE. El ejercicio de monitoreo de la cantidad y calidad de la AOD europea nos muestra cómo a sólo dos años de 2015 Europa se encuentra a la mitad de la meta; aunque con distintas diferencias entre los 28 estados miembro (desde 2013), donde se perciben campeones y miembros claramente rezagados como nuestro país.

Y para ello, “Aidwatch 2013” propone medidas para revertir el proceso de reducción al mismo tiempo, mejorando la ayuda, a nivel general y a nivel de cada país. Por ejemplo, las recomendaciones dirigidas al gobierno español incluyen la propuesta de elaboración de un mapa creíble hacia el 0,7%; la mejora de las capacidades de la AECID; el re-enfoque de la cooperación al desarrollo española en la reducción de la pobreza y la reducción de las desigualdades; y la generación de un nuevo marco para el diálogo político con las organizaciones de la sociedad civil.

“Business as usual is not an option” es el lema en relación a la definición de la agenda Post-2015, pero también podría ser aplicable al modelo de cooperación al desarrollo que hemos venido conociendo en el contexto español (y europeo). Es decir: ONG, OSC y conjunto de actores implicados, pongámonos las pilas!…o, en breve, no quedará ni un cacahuete para la reducción de la pobreza…

Pincha aquí para ver el informe completo 

 

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