La sequía en Nicaragua amenaza la seguridad alimentaria de la población

La falta de lluvias está arruinando las cosechas en el norte de Nicaragua, país de grandes lagos y abundantes ríos, que también sufre el impacto del cambio climático debido al fenómeno de «El Niño», causante del calentamiento de las aguas del Pacífico y que, en Centroamérica, causa generalmente severas sequías acompañadas de altas temperaturas.

La sequía que vive el país desde hace ya tres años, ha afectado principalmente al sector agropecuario y al acceso al agua potable en un amplio territorio. Los mayores problemas se registran en el llamado corredor seco, donde se produce el 30 % de los cultivos del total de la producción nacional.

Debido a las altas temperaturas y a la irregularidad de lluvias, en muchas comunidades se ha perdido la cosecha de primera y se registran daños en la ganadería mayor y menor; situación que se verá agravada en la época seca y que afectará a la seguridad alimentaria de miles de familias campesinas. En particular, en los municipios del norte de Chinandega, en los que actualmente y desde hace años tiene presencia Alianza por la Solidaridad, se registran cuantiosas pérdidas; sobre todo en la producción de granos básicos de primera. De acuerdo a datos de las municipalidades de San Francisco del Norte, Somotillo y Villanueva, se han dado a conocer hasta ahora unas pérdidas totales en 2.800 de granos básicos (maíz, frijol y sorgo), lo que afecta a unas 2.184 familias de 97 comunidades.

Esta situación se ha convertido en una realidad recurrente, ya que el año pasado afectó a 10 departamentos del país, en los que prácticamente no hubo siembra de granos básicos durante el primer período del ciclo agrícola, provocando la muerte de unas 5.000 cabezas de ganado y daños severos a la cosecha de maíz, arroz, sorgo y maní.

Respecto a la disponibilidad de agua, se han registrado graves reducciones de caudal en las fuentes e incluso ya hay pozos que se han secado totalmente, afectando directamente a 10.850 personas de 27 comunidades, sólo en un municipio.

Uno de los grifos construidos por Alianza por la Solidaridad

Uno de los grifos construidos en Nicaragua por Alianza por la Solidaridad

Desde Alianza por la Solidaridad promovemos el acceso humano al agua a través de la construcción y la rehabilitación de sistemas de agua potable. De esta manera, durante el año 2014 y gracias a los fondos de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), se construyeron 11 sistemas de agua potable y durante todo 2015 se construirán 9 sistemas más; esperando con ello llevarla a unas 3.200 familias. De la misma manera defendemos también el uso racional del agua, la protección y reforestación de zonas de recarga y, en general, la protección de medio ambiente.

Las autoridades nacionales han venido trabajando en un plan específico para reducir los impactos del cambio climático en el sector agrícola y así garantizar la alimentación de los nicaragüenses. No obstante, se requiere de programas especiales con una visión del largo plazo que permita la adaptación de los habitantes (sobre todo en el medio rural) al cambio climático y sus graves consecuencias; entendiendo que es un problema global, que trasciende la seguridad del país y la estabilidad de los ecosistemas.

nicaragua action2015 1Desde Alianza consideramos imperativo desarrollar las capacidades de adaptación necesarias para preservar la vida humana, la estabilidad de los ecosistemas y reducir aquellas prácticas que puedan exacerbar el fenómeno. Así, hemos participado esta semana pasada en la convocatoria mundial de Action/2015 con la que pedimos a los mandatarios que se reunieron en Nueva York que se comprometieran a adoptar una agenda para el desarrollo en la que, entre otras cuestiones, se combata enérgicamente contra el cambio climático y sus efectos. En Nicaragua, esta convocatoria logró reunir a 500 personas en la capital, Managua, y a otro medio millar en la comunidad rural de El Palmar, quienes lanzaron alrededor de 400 «globos de los deseos».

En consecuencia, proponemos trabajar en el uso de variedades resistentes a los cambios, la creación de bancos de semillas, la cosecha temprana con variedades de ciclo corto, los sistemas agroforestales y silvopastoriles, la rotación de cultivos, la cosecha de agua, la reforestación y regeneración natural, la agricultura orgánica, la protección y mejoramiento de los suelos, la agricultura comunitaria, el uso racional del agua, la producción de forraje; y el uso de energía renovable, entre otras soluciones.

Cambios a nivel local para que se reflejen a nivel global. El cambio climático no entiende de desigualdades, nos afecta a todos, pero sus efectos y consecuencias en la vida de las personas, sí. Es responsabilidad de todos prevenir y paliar sus efectos, tuya también.

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