La Europa Fortaleza se cobra demasiadas víctimas

Democracia, solidaridad, igualdad, justicia social y Derechos Humanos. Ésos son los valores fundacionales sobre los que se construyó Europa, comprometida desde su fundación a respetarlos y promoverlos activamente “dentro y fuera de nuestras fronteras”.

Si esto alguna vez fue así, en los últimos tiempos esos valores han sido dejados de lado. El discurso se mantiene, pero choca de frente con la total renuncia a ellos en la práctica política y económica de la Unión.

Enquistada en su discurso de seguridad y con la excusa de la crisis económica, Europa se erige en fortaleza. El caso de las migraciones y las peticiones de asilo es el ejemplo más sangrante de cómo el respeto a los DDHH pasa a segundo plano cuando la economía lo impone: el trato que se da a quienes arriban a nuestras costas de forma irregular a menudo es vejatorio, se siguen produciendo deportaciones automáticas que no respetan las leyes de asilo, reclusiones forzadas en Centros de Internamiento en condiciones degradantes

Desde hace demasiado tiempo, la frontera Sur de Europa es escenario de violaciones diarias de Derechos Humanos de quienes intentan traspasarla.

Pero además, se convierte en un cementerio para miles de personas: las cifras oficiales hablan de 9.000, pero se sospecha que más de 20.000 personas han encontrado la muerte en el Mediterráneo desde los años 90.

Los muertos de Lampedusa, las cuchillas de Ceuta y Melilla, los asesinatos y torturas en los países de tránsito (Marruecos, Argelia…), las trágicas escenas en el Estrecho de Gibraltar… no son fatalidades inevitables: son consecuencia directa y clara de la “lucha contra la inmigración irregular” emprendida por la Unión Europea. Son producto de la decisión de externalizar nuestras fronteras a países limítrofes, sin garantías de respeto a los Derechos Humanos. Son resultado de una política de criminalización de las personas en situación administrativa irregular.

Las fronteras son arbitrarias, son dibujos en un mapa, pero hieren y matan. Por eso, desde la Plataforma contra la Violencia Institucional hacia los Inmigrantes llamamos a la ciudadanía a demostrar su rechazo a esas fronteras asesinas, participando en los distintos actos que se celebran en Sevilla con motivo del 18 de diciembre, día internacional de las personas migrantes.

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