« El concepto de democracia sólo tendrá un significado verdadero y dinámico cuando las políticas y la legislación nacional sean decididas conjuntamente por hombres y mujeres y presten una atención equitativa a los intereses y las aptitudes de las dos mitades de la población. » Declaración de la Unión Interparlamentaria – ONU 1992
El liderazgo y la participación política de las mujeres es fundamental para garantizar democracias sostenibles y pacíficas y se constituye un asunto de derechos humanos de las mujeres. Sin embargo, las mujeres siguen estando marginadas en gran medida de la esfera política en todo el mundo, a menudo como resultado de leyes, prácticas, actitudes y estereotipos de género discriminatorios.
Las mujeres que han accedido a puestos de decisión política siempre han encontrado resistencias ya que desafiaban prejuicios y reivindicaban el espacio público para las mujeres, un espacio reservado al poder masculino. La violencia de género en la política se ha constituido en una táctica para impedir o limitar la participación de las mujeres limitando su acceso a espacios de poder. Cuando una mujer ocupa un puesto de decisión es sistemáticamente víctima de amedrentamiento, violencia y acoso, que a veces genera la deserción, y en algunas ocasiones incluso la muerte.
En América Latina, la violencia de género en la política ha sido identificada como un problema preocupante, violencia que se da tanto a mujeres en la política formal como a lideresas comunitarias, defensoras de derechos humanos y ambientales. Esta situación empeora cuando las mujeres son de alguna etnia no mayoritaria, tienen orientación sexual no binaria y/o proceden de zonas rurales.
América Latina y en respuesta a esta problemática acordaron a partir del Consenso de Quito (2007) tomar medidas legislativas para revertir la situación. En la actualidad Bolivia es el único país que ha aprobado una ley específica contra la violencia y acoso político. (Ley 273)
Con el ánimo de impulsar esta senda iniciada por Bolivia en Latinoamérica, reconocer la problemática, así como visibilizar el liderazgo de las mujeres en la región, Alianza por la Solidaridad y ActionAid responden a su compromiso con la defensa de los derechos de las mujeres, mediante las jornadas Mujeres y Poder. Liderazgo político; conectando luchas y territorios.
Con estos encuentros se pretende:
La iniciativa está enmarcada en el ámbito de la consecución del ODS 5: “Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas.” Específicamente pretende contribuir a la meta 5.5 que persigue “Asegurar la participación plena y efectiva de las mujeres y la igualdad de oportunidades de liderazgo a todos los niveles decisorios en la vida política, económica y pública”.