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Los países en desarrollo, sin financiación para afrontar el cambio climático

Cuando se cumplen cinco años del Acuerdo de Paris sobre cambio climático, los países más pobres del mundo continúan reclamando ayuda financiera. Por un lado, para adaptarse a los impactos que supone un aumento global de las temperaturas, pero también para poder recuperarse de los desastres. Las inundaciones, tifones, sequías y huracanes que están sufriendo obligan a cientos de miles de personas a dejar sus territorios.

Según un informe elaborado por Action Aid Internacional, para 2030, el costo anual global de reparación de pérdidas y daños asociados específicamente relacionadas con el cambio climático será de unos 300.000 millones de dólares. La cifra aumentará otros 1.200 por año para 2060.

Alianza por la Solidaridad-Action Aid reclama que se cumplan los compromisos para crear un fondo de pérdidas y daños

La última cumbre celebrada en Timbú (capital de Bután) esta misma semana, que ha reunido a los dirigentes de los países menos desarrollados, han vuelto a poner de manifiesto la falta de apoyo que sus gobiernos tienen para poner en marcha sus planes de acción climática y mucho menos para recuperarse tras una catástrofe. El llamamiento en demanda de ayuda se ha producido coincidiendo con la cumbre climática virtual a la que asistirán más de 70 jefes de Estado el 12 de diciembre, que marca el quinto aniversario de la firma del Acuerdo de París. Si bien se espera que muchos líderes mejoren en esta cita sus objetivos de reducción de emisiones carbono, hasta ahora ha habido pocas señales de que vaya a aportarse dinero nuevo mirando a los países más pobres.

El Fondo Verde del Clima no alcanza las cifras estimadas

En este sentido, hace ya una década que los países desarrollados aprobaron la creación del Fondo Verde del Clima y se comprometieron a movilizar unos 100.000 millones de dólares al año (unos 82.000 millones de euros) para financiación climática. Sin embargo, sigue habiendo un gran déficit. Hasta este momento, se han comprometido aportaciones por 6.000 millones de euros y menos de 4.000 millones ya están implantados en proyectos. Si se suman los cofinanciadores se llega a los 19.200 millones de euros, una cuarta parte de lo comprometido.

Según los últimos datos de la OCDE de 2018, la suma de toda la financiación climática (incluyendo la privada) a países en desarrollo asciende  65.000 millones. Apenas el 20% de esa cantidad, según la ONU, se destina a la adaptación y mitigación. Además, los recortes de muchos países en sus presupuestos de ayuda a la cooperación internacional este 2020 debido a la crisis económica no augura nada bueno. De hecho, países como Ruanda señalaron en Bután que para cumplir sus compromisos de reducciones necesitan unos 5.300 millones de los que no disponen. Y lo mismo ocurre en muchos otros lugares del continente africano. Zonas que también se enfrentan ahora a una grave situación económica debido a las pérdidas ocasionadas por el COVID-19.

El cambio climático ha provocado graves pérdidas en 2020: huracanes en Centroamérica, inundaciones en Senegal o Somalia y sequías

En este balance, importancia fundamental tiene para Alianza por la Solidaridad-Action Aid recordar que millones de personas ya se están enfrentando a desastres ambientales causados por el cambio climático. Los recientes huracanes Eta e Iota han dejado a cientos de miles de familias de Centroamérica sin hogares. Esto ha provocado numerosos desplazados climáticos que ya están moviéndose hacia el norte a falta de medios para subsistir y reconstruir sus vidas. De igual modo, en Somalia estas últimas semanas graves inundaciones han generado desplazamiento de miles de personas. En Senegal, también por inundaciones, se han destruido cosechas que dejan sin recursos a miles de familias campesinas. En Ruanda 140 personas y más de 3.000 hogares han sido destruidos por deslizamientos debido a lluvias extremas. Son sólo unos ejemplos de lo que está pasando.

En la Cumbre del Clima de 2013, los países crearon el llamado Mecanismo Internacional de Varsovia para abordar concretamente las pérdidas y los daños que ya están causando desastres climáticos. Sin embargo, los países ricos, cuyas emisiones de carbono han generado el problema,  se resisten a respaldarlo. En sólo 20 años, las pérdidas globales por estos desastres relacionados con el clima suponen 3.000 millones de dólares, según datos de la ONU, si bien pueden ser muchos más.

Es fundamental financiar los daños y pérdidas causados por el cambio climático

Desde Alianza por la Solidaridad-Action Aid defendemos que hay que poner en marcha impuestos progresivos. A la extracción de petróleo, gas y carbón y un impuesto a las transacciones financieras. Esto ayudaría a financiar estos  daños y pérdidas que generan miseria y desplazamientos que no se buscaban. Asimismo, hay que dejar de apoyar con subsidios estatales los combustibles fósiles para abordar una ‘transición justa’ hacia una economía global baja en carbono. 

Según un estudio realizado por Action Aid, sólo con un impuesto a los daños climáticos que genera la industria de los combustibles fósiles se ingresarían entre 62.000 y 124.000 millones de euros, pagando 5 euros por tonelada de CO2. Con un impuesto a las transacciones financieras que cubra la Unión Europea, podrían recaudarse otros 52.000 millones. Además, se sumarían también los subsidios que no se pagarían al sector que genera el problema.

Son retos que la comunidad internacional tiene por delante de cara a las futuras cumbres climáticas. Deben partir del hecho incuestionable para la ciencia de que el cambio climático ya está aquí. Está impactando gravemente a millones de personas que no son quienes han generado el problema más grave al que se enfrenta la humanidad de cara al futuro.

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