Sevilla rechaza las muertes de Ceuta
La convocatoria invitaba a la ciudadanía sevillana a expresar su indignación ante las políticas de fronteras que, una vez más, han llevado a la muerte a personas que, como tantas en el mundo, se desplazan para encontrar una vida mejor.
Durante el acto se han leído diferentes textos que expresaban el deseo ciudadano de construir una sociedad basada en derechos que ponga en el centro los derechos y la vida humana y no los intereses económicos.
También se ha instado a los Gobiernos a emprender medidas concretas ante una situación que no puede seguir siendo abordada como inevitable, cuando es producto de las políticas comerciales y de fronteras elegidas, que protegen a una pequeña parte de la población, mientras la mayoría, tanto en el norte como en el sur lucha por una vida digna.
Las personas asistentes se han unido en el acompañamiento a las víctimas, en la reclamación de una comisión que investigue los hechos y depure responsabilidades y en la asunción de un cambio de políticas de cara a las próximas elecciones europeas que tendrán lugar en Mayo.
Un momento clave ha sido el protagonizado por un joven africano que ha intervenido en nombre de colectivos africanos residentes en Sevilla, para expresar la indignación por los hechos y la satisfacción por ver a sus vecinos y vecinas unirse para expresar su rechazo. En sus palabras, a este encuentro se sumaban como sevillanos y sevillanas mostrando su deseo de caminar hacia la construcción de una sociedad común.
Finalmente, la Plataforma somos Migrantes ha leído un manifiesto y expresado su rechazo ante la denegación de permiso por parte de la delegación del Gobierno para realizar esta concentración en los días previos, en un atentado contra los derechos ciudadanos de ejercicio de libertad y democracia.
Este hecho muestra un veto a la participación social, que no es sino una sana expresión democrática y un derecho fundamental que se ve limitado por estas acciones, o la propuesta de reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana.
COMUNICADO:
OTRA TRAGEDIA EN LA FRONTERA DE CEUTA
Hoy estamos aquí para denunciar dos hechos que nos indignan: las políticas represivas ejercidas por nuestros gobiernos que una vez más han llevado a la muerte a personas en Ceuta, y el intento de acallar nuestras voces negándonos el derecho de concentración y expresión libre como ciudadanos.
Buscaban vida, una vida digna de vivirse y fueron condenados a muerte. Hay responsables.
Eran unas cuatrocientas personas. Personas, seres humanos que en la mañana del 6 de febrero se lanzaron al agua buscando una vida mejor, y encontraron la muerte.
Todas las tragedias que se producen en nuestras aguas son denunciables, pues llevan la marca de la pobreza y la falta de oportunidades de las que huyen sus protagonistas. Una pobreza causada en muchas ocasiones por las políticas comerciales de la misma Europa al tiempo que se les niega la entrada, y les obliga a ponerse en manos de mafias y redes de tráfico de personas.
Todas las tragedias son denunciables, pero este caso es especialmente sangrante. Esta vez, a los guardianes de la Fortaleza Europa se les fue la mano. En su intento de pasar a territorio español, los jóvenes migrantes fueron rechazados con violencia por la Gendarmería marroquí y por la Guardia Civil. Algunos, acosados por la violencia institucional, intentaron la huida hacia adelante, bordeando a nado el espigón que hace de frontera entre Marruecos y España.
A pesar de los intentos del Gobierno por ocultar los hechos, las imágenes difundidas demuestran que la Guardia Civil no sólo omitió su deber de socorro, sino que disparó pelotas de goma y botes de humo mientras estaban en el agua.
Quince personas murieron.
Personas con nombre y apellido. Personas con familia, con madres y padres, hermanos y hermanas, y posiblemente hijos e hijas que han dejado atrás, prometiéndoles que su esfuerzo y su sacrificio de una vida en común les traería una vida más digna. Personas de distintos orígenes, pero con una realidad común: la de haber arriesgado y perdido su vida en la búsqueda de un futuro mejor.
Aquellos que llegaron a pisar la playa de Ceuta fueron detenidos, doloridos y exhaustos, y entregados ilegalmente a la policía marroquí. Esta entrega sumaria vulnera el artículo 23 del reglamento de Extranjería que obliga a atender individualmente a las personas que entran en territorio Español, para identificar posibles solicitantes de asilo o refugio.
Somos muchas las organizaciones y las plataformas de la sociedad civil española y europea que denunciamos las políticas económicas y migratorias represivas que han llevado a la muerte a más de 20.000 personas en el Mediterráneo desde los años 90. Ante este nuevo y grave suceso, la Plataforma Somos Migrantes no puede callar.
– Rechazamos que España y la Unión Europea no pongan por encima de otros intereses, la apuesta por políticas que se basen en la defensa de los derechos humanos, la solidaridad o la justicia que recoge en sus propios valores fundacionales. Exigimos mecanismos que fomenten una migración legal y respetuosa con los Derechos Humanos, y el fin de las políticas migratorias represivas basadas en cierre y externalización de fronteras
– Queremos proclamar nuestra solidaridad y pedir a la sociedad que exprese su solidaridad con los fallecidos, padres, hermanos, amigos.
– Exigimos explicaciones a las autoridades españolas y marroquíes por negar el derecho de socorro a las personas que se encontraban en el mar y que murieron ahogadas y alentamos la investigación de la Defensora del Pueblo sobre los hechos.
– Queremos señalar a los culpables y exigirles reparación. Sabemos que no se puede devolver la vida a los muertos, pero hay una obligación de reparación en Justicia, contraída con sus familiares. Señalamos como culpables y responsables, a la política migratoria de la Unión Europea, al Gobierno de España y al Gobierno mercenario de Marruecos.
– Exigimos políticas de desarrollo y comerciales justas que ayuden al desarrollo de los pueblos de África: Mientras España y Europa no corten y reparen el expolio de África, las aguas del Mediterráneo y las fronteras externalizadas al otro lado, seguirán siendo lugares de crueldad y muerte.
Lo que ha ocurrido en Ceuta, al igual que lo sucedido en Lampedusa, y tantas veces en el pasado no es producto de la fatalidad, son tragedias EVITABLES mediante una firme voluntad política que trascienda el discurso de “consternación” y “lamento por la pérdida de vidas humanas”. Los gobernantes tienen la responsabilidad de lo que suceden y en las elecciones del Parlamento Europeo que se celebrarán en Mayo los ciudadanos y ciudadanas sabremos identificar cuáles son los compromisos que se proponen desde las diferentes fuerzas políticas y actuar en consecuencia. Si de verdad rechazan esta situación, no tienen excusas; tienen la oportunidad de tumbar estas políticas y promover unas que respondan a una verdadera sociedad que luche por la igualdad, la justicia y el respeto a los Derechos Humanos
Recordamos que el derecho de toda persona a migrar y a elegir su residencia en el territorio de un Estado, está reconocido por la Declaración Universal de los Derechos Humanos, de obligado cumplimiento para toda la comunidad internacional.
Somos conscientes de que el encauzamiento del fenómeno migratorio ha de afrontarse por España con Europa, pero ha de hacerse ya. Estamos hartos de decirlo aquí, tragedia tras tragedia, y no quisiéramos repetirlo NUNCA MÁS.
NO PODEMOS CONSENTIR ACTUACIONES DE REPRESIÓN QUE ACABAN PRODUCIENDO MUERTES.
NO SE PUEDEN MANTENER FRONTERAS INFRANQUEABLES QUE CONTRADICEN LOS MÍNIMOS HUMANITARIOS DESOYENDO LOS GRITOS DE SOCORRO.
NI CUCHILLAS, NI VALLAS, NI ESPIGONES NI FUERZAS DE SEGURIDAD, IMPEDIRÁN QUE LAS PERSONAS SIGAN INTENTANTO ALCANZAR UN FUTURO QUE EUROPA LES ROBA CADA DÍA
ASÍ NO SE PARA EL HAMBRE, LA GUERRA Y LA DESESPERANZA. ES PRECISO IR AL ORIGEN DEL PROBLEMA, QUE NO ESTÁ EN MELILLA, NI CEUTA, SINO EN EUROPA Y SU RELACIÓN CON LOS PAÍSES AFRICANOS.
RECLAMAMOS GOBIERNOS QUE GESTIONEN DESDE EL RESPETO A LOS DERECHOS HUMANOS, PARA TODAS LAS PERSONAS, POR ENCIMA DE INTERESES ECONÓMICOS Y FRONTERAS.
Por último queremos expresar nuestra indignación ante la prohibición por parte de la Subdelegación del Gobierno que sufrimos que nos negaba poder realizar esta concentración en los día cercanos al hecho, vetando nuestros derechos ciudadanos de expresión y ejercicio democrático. Estos mecanismos represivos hacia la ciudadanía se suman a tantos otros, destacando la propuesta de Reforma de la Ley Orgánica de Seguridad Ciudadana que supone una violación absoluta de los derechos fundamentales y que muestra el despliegue de la violencia institucional ejercida hacia los ciudadanos y las ciudadanas. Quieren callar nuestras voces con miedo, prohibiciones y multas y no lo van a conseguir, porque la ciudadanía unida es mucho más fuerte y pronto seremos capaces de generar otras formas de gobierno que ponga en el centro la voz de los pueblos.
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