Cristina Selva, cooperante de Alianza por la Solidaridad: “Cuando ves los resultados en este trabajo, todo lo que haces cobra sentido”

Haití, uno de los países más pobres del mundo y con una población de algo más de diez millones de habitantes –la mayoría menores de 25 años–, se enfrenta muchos problemas: la erosión acelerada de suelos, deforestación, problemas de acceso a agua y gestión de cuencas, precariedad en las infraestructuras… Además, el 70 % de la población sobrevive con menos de 2 dólares diarios y un 54 % lo hace con menos de 1 dólar.

Es un país expuesto a una gran cantidad de riesgos y fenómenos climáticos que causan graves desastres naturales. Recordemos el devastador terremoto de 2010 que ocasionó la muerte de 200.000 personas, la epidemia de cólera posterior, los ciclones e inundaciones de forma recurrente todos los años, la sequía vivida desde 2015, y, más recientemente, el huracán Matthew de 2016 que afectó a más de dos millones de personas. Las pérdidas humanas y materiales han sido muy fuertes, considerando que se han destruido la mayor parte de las cosechas, afectando gravemente a los hogares, edificios, redes y mecanismos de comunicación.

En este contexto, la ayuda humanitaria se moviliza para hacer frente a esta precariedad. Alianza por la Solidaridad, que lleva trabajando en Haití desde 2004, activó la respuesta humanitaria a las necesidades alimentarias urgentes de las comunidades más afectadas por el huracán.

“Nuestro objetivo principal es salvar vidas y recursos y mejorar la capacidad de recuperarse tras los desastres”

Mi trabajo como cooperante consiste en idear y ejecutar estrategias, programas y proyectos que apoyen el desarrollo de estos pueblos, el desarrollo de política pública y el fortalecimiento de las capacidades de la población y las instituciones.

Gran parte del trabajo que realizo en Haití consiste en acciones de preparación de la población, de las instituciones y autoridades ante la llegada inminente de un desastre. El objetivo principal es salvar vidas y recursos, pero también mejorar la capacidad de recuperarse tras el desastre.

Trabajamos conjuntamente con las comunidades y con las instituciones y autoridades de los países realizando actividades de protección, construcción, reforestación, sensibilización, formación, identificación de riesgos, sistemas de alerta… Tras un desastre, trabajamos con la población y con las instituciones para la respuesta humanitaria y la recuperación posterior.

Trabajo con un equipo local haitiano de expertos y expertas en varias temáticas, pues los proyectos deben ser integrales y con enfoques diversos para conseguir impactos reales y sostenibles.

Además de ejecutar las actividades previstas, también realizo tareas de gestión y administración, pues velamos por la correcta justificación de los fondos a los financiadores, así como por acciones de transparencia y rendición de cuentas.

“Trabajar en Cooperación es complicado pero muy enriquecedor”

Trabajo en este sector desde hace 12 o 13 años. He aprendido mucho y todavía me queda mucho por aprender. Me gusta mucho mi trabajo, lo disfruto y me implico, intento hacerlo lo mejor posible.

Personalmente, me motiva viajar, conocer los diferentes países, sus gentes, su cultura. Es muy enriquecedor. Cada misión es un reto y una oportunidad.

A nivel profesional, estudié y me preparé para este trabajo, y continúo haciéndolo hasta el presente. Considero que es un trabajo complicado, debes estar continuamente formada en las diferentes temáticas, conocer los contextos en los que trabajas, trabajar en equipo, bajo presión, gestionar el estrés, organizarte bien, tomar decisiones importantes en poco tiempo, respetar normas de seguridad, cumplir con calendarios apretados, mostrar resultados palpables… Creo que es importante la paciencia y la disponibilidad, así como el respeto hacia las poblaciones y las personas con las que trabajo.

Me motiva cuando veo resultados palpables tras la finalización de los proyectos. Cuando construyes una propuesta inicial, conjuntamente con la comunidad y con las instituciones locales, y más tarde ves cómo eso que escribimos en su momento se está llevando a cabo, que la población participa y se apropia de su propio desarrollo y empoderamiento, te das cuenta de que es posible conseguir impactos positivos, generar cambios en comunidades, hogares, autoridades. Lo más importante es que es la población quien lo hace, con el apoyo del proyecto y del equipo.

Los proyectos sirven para mejorar la situación alimentaria de los hogares, salvar vidas humanas ante una catástrofe, salvar los medios de vida de toda una comunidad, mejorar los canales de comunicación entre las autoridades y la población, apoyar la creación de políticas públicas… entonces, cuando ves los resultados en este trabajo, todo lo que haces cobra sentido y eso me motiva para continuar trabajando en el siguiente proyecto.

Soy consciente de que sólo con proyectos de cooperación o ayuda humanitaria no es posible cambiar el mundo, pero considero que contribuye a ello. Para mí, los pequeños cambios son importantes, pues implican transformación y aportan a un cambio global.

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