De violencia a esperanza: la lectura, refugio de paz en medio del conflicto
“Leer es soñar con los ojos abiertos”. Este mantra llevó a María Isabel Hurtado a crear el Club de Lectura Mariposas de Amor que busca frenar la violencia y ofrecer oportunidades educativas a niños/as
“Dormí bajo la cama para silenciar el ruido de las balas”. En este contexto de violencia y conflicto armado, nació y creció María Isabel Hurtado en la comuna 7 de Buenaventura (Valle del Cauca), considerado uno de los 10 barrios más peligrosos según un artículo de El Tiempo. Desde pequeña, tuvo que enfrentarse a la zozobra del hostigamiento, el confinamiento domiciliario por fuego cruzado en las calles y la incertidumbre de si iba a comer antes de acostarse. Desde esto han pasado 25 años, pero la situación en este y otros barrios de Buenaventura poco ha cambiado. Los niños y niñas siguen siendo víctimas de los disparos, el reclutamiento forzado, la violencia desde temprana edad y el fracaso escolar debido a la presencia de grupos armados fuera de la ley en el territorio.
Es también en este contexto que nace y crece el Club de Lectura Mariposas de Amor, con el objetivo de brindar un “espacio protector donde los niños y niñas puedan fortalecer sus habilidades lectoras, y donde el libro se convierta en una herramienta que les permita apagar el ruido de las balas”, explica María Isabel, líder comunitaria y fundadora de esta corporación, que hoy integra a doce mujeres, todas afrocolombianas y bonaverenses.
Libro, arma para neutralizar el sonido de las balas
Lo que empezó en 2014 como encuentros esporádicos de 50 niños y 50 madres cabeza de hogar en la sala de estar de María Isabel, es hoy una organización de base comunitaria y de mujeres afro que ha logrado impactar desde 2018 a más de 1.000 niños y niñas de 5 a 17 años y ha brindado apoyo a madres víctimas de violencia basada en género (VBG).
De acuerdo con esta María Isabel, esta iniciativa es una válvula de escape para niños, niñas, adolescentes y jóvenes sujetos a las mismas dinámicas de violencia que ella misma vivió en su niñez. “Es un problema estructural focalizado en la población afro, que ha sido históricamente discriminada, olvidada y ha visto empobrecido su nivel de vida”. Además de atribuirlo a la escasa voluntad política para revertir esta situación, ella asegura que en aquellos años no existía ninguna organización encargada de velar por construir entornos protectores para que los niños y niñas pudieran tener una infancia feliz, segura y plena.
“Es un problema estructural focalizado en la población afro, que ha sido históricamente discriminada, olvidada y ha visto empobrecido su nivel de vida”, explica María Isabel en referencia a la violencia que se vive en Buenaventura.
Llenar este vacío fue, desde el principio, el fin número uno del Club de Lectura Mariposas de Amor. A través del libro como herramienta principal, la organización busca “desarrollar las habilidades de estos niños, potenciar sus capacidades, incentivar el pensamiento crítico, lógico y analítico, hacerles sentir seguros y fomentar su confianza”, explica esta emprendedora. Para ello, no solamente les brinda acompañamiento psicológico integral, sino que además desarrolla diferentes talleres de lectura, danza, percusión, canto del Pacífico, manualidades con materiales reciclados para fomentar la sensibilización medioambiental, entre otros. Con estas actividades, la fundación busca exaltar el potencial innato que tienen estos niños y niñas, forjar sus vínculos con la cultura ancestral afro y aumentar la confianza en sí mismos para su autorrealización y desarrollo profesional.
Historia de lucha de una vida libre de violencia
Procedente de una familia del Pacífico caucano obligada a desplazarse, María Isabel no tuvo una infancia fácil. Más allá del desarraigo cultural y territorial resultante del cambio de hogar, de niña tuvo que hacer frente al contexto de microtráfico y conflicto armado que convertía su barrio en un lugar de inseguridad, violencia exacerbada y abandono escolar. Pese a estos malos pronósticos, María Isabel fue la única profesional que se graduó de su generación. Estudió Derecho, hizo una maestría en Gerencia y Práctica del Desarrollo y se especializó en Gerencia de Proyectos. Ella se muestra positiva: hoy ya son cinco profesionales que forman parte del Club los que siguen estudiando. “Si podemos cambiar la vida a alguien, es suficiente. Es un caso de éxito”.
Esta mujer desafió el destino que la condenaba a la pobreza. Su familia se había dedicado tradicionalmente a la pesca, la venta ambulante de pescado y la carga de bultos en el muelle de Buenaventura. Ella quiso abrirse camino más allá, explorar el abanico de opciones que una tiene cuando explota su máximo potencial, y tuvo la inspiración de personas de su entorno que la hicieron soñar. Ahora, ella quiere transmitir esto mismo a los niños y niñas con los que trabaja. A través de la labor de la organización, se busca romper con el ciclo de violencia y empoderar y dotar de herramientas a los niños y niñas para aumentar su rango de oportunidades.
Alianza por la Solidaridad, aliada en el fortalecimiento de niños, niñas, adolescentes y jóvenes (NNAJ)
El Club de Lectura Mariposas de Amor es, junto a la Corporación de Mujeres Unidas Generadoras de Paz (REDMUPAZ), una de las organizaciones que se ha constituido y fortalecido como entorno protector en el marco del proyecto Pa’Lante Pazcífico financiado por la Unión Europea. El objetivo de este proyecto es construir entornos seguros que permitan garantizar los derechos humanos y empoderar a todos los sectores de la población, especialmente a los colectivos vulnerables (niños/as, jóvenes, mujeres y líderes/as sociales) en las regiones de Buenaventura (Valle del Cauca) y Tumaco (Nariño).
“Si podemos cambiar la vida a alguien, es suficiente. Es un caso de éxito”, indica esta lideresa social.
Con este propósito entre manos, Alianza por la Solidaridad ha llevado a cabo un proceso de capacitación de personas dinamizadoras para convertirlas en líderes y lideresas capaces de lograr la sostenibilidad del entorno protector, garantizar los derechos y empoderar a la comunidad. Estas mujeres han sido formadas en primeros auxilios psicológicos, VBG, metodologías, estrategias comunitarias de protección y autoprotección, entre otros.
Miembro y dinamizadora del Club de Lectura Mariposas de Amor impartiendo el taller «Mis emociones, mis herramientas» a la Personería Distrital de Buenaventura. 15 de mayo de 2024.
Como explica María Isabel, quién es dinamizadora en Mariposas de Amor, las capacitaciones no solo ayudan a Mariposas de Amor a nivel organizacional, sino también relacional, es decir, a conectar con otras organizaciones que trabajan en el territorio y articularse con la institucionalidad. Los avances en esta última cuestión han sido formidables, ya que desde entonces la organización hace parte de varias mesas de negociación: Mesa de Niñez, Mesa de Mujeres, Mesa de Lectura, Mesa de Relación Inmediata, entre otros. “Hemos logrado estar en muchos espacios de participación y llevar las necesidades de nuestros niños y mujeres en los lugares de poder y decisión”, asegura.