De líder en el colegio a dirigente comunitaria y defensora de las mujeres en Bolivia
Un mono azul lo suficientemente grueso para no sentir la inclemencia de los tres grados centígrados que muchas mañanas cubren el municipio de El Alto, en Bolivia, protege a Juana Fani Nina Colque en su recorrido diario por las calles del Distrito 5, zona en la que vive desde hace más de diez años y en la que fue presidenta de la junta de vecinos, forma de organización de la población para cubrir sus necesidades, durante dos gestiones seguidas.
Conocida en su zona como La Fani, nació en una familia minera de Pacuni, en el departamento de La Paz, y fue parte de la oleada de migrantes que llegaron al municipio de El Alto desde la caída del precio del estaño en el país durante los años ochenta. Ella, junto a su familia, llegó hace treinta y ocho años a un distrito donde no había servicios básicos como agua, luz y alcantarillado, además de tener altos índices de inseguridad ciudadana y violencia de género.
Al día de hoy, a pesar de ser visibles numerosos cambios importantes en las infraestructuras de las calles, temas como la violencia de género y, especialmente, la inseguridad ciudadana no han sido prioridad de las autoridades locales. El 40,6 % de la población alteña opina que es el mayor problema al que se enfrenta diariamente, según el Observatorio Nacional de Seguridad Ciudadana. Fani, que fue líder de su zona durante muchos años, llegó a perder un hermano a manos de un asaltante.
La situación de pobreza de las zonas vecinas, la discriminación y la falta de atención por parte de las autoridades despertó en ella el interés por la organización ciudadana. Desde muy pequeña fue líder en la lucha para hacer cumplir sus derechos, ya desde el colegio: “Nos organizamos y expulsamos a un profesor que acosaba a algunas estudiantes. No permitíamos que existiera esta situación”.
El Distrito 5, en la zona Mercurio Plan 400, donde viven aproximadamente 200 familias, fue el escenario donde comenzó su carrera política. En 2007, las calles de la zona se encontraban sin iluminación y eran consideradas zonas rojas. Fue entonces cuando los vecinos destituyeron al presidente de la zona y pidieron que Fani se hiciera cargo de la directiva vecinal.
El mono azul, regalo de uno de sus hermanos, le sirvió también para recorrer no solo su Distrito, sino también el resto del municipio cuando ella decidió aceptar la propuesta de un partido político de ir como candidata a la alcaldía municipal en las elecciones celebradas en abril de este año.
Trabajando por los derechos de las mujeres alteñas
En 2010, después de haber sido cuestionada por algunos dirigentes por no contar con una libreta de servicio militar (exclusiva para hombres en esa época) La Fani fue elegida presidenta de la Federación de Juntas Vecinales de El Alto en un congreso donde tuvo un amplio apoyo pero donde un grupo minoritario de dirigentes no aceptó dicha elección. “Mujercita, te has atrevido, si no renuncias en dos meses te vamos a sacar”, amenazaron a Fani. Sin embargo, ella admite que no le dio importancia: “así que seguí adelante”.
Gracias a la invitación de una amiga para asistir a un evento sobre gestión municipal y violencia contra las mujeres en el Centro de Promoción de la Mujer Gregoria Apaza, una institución aliada de Alianza por la Solidaridad en Bolivia, Fani se dio cuenta de que no era la única que pasaba por estos problemas. Tras un tiempo, fue invitada a participar en un curso sobre violencia de género, donde se encontró con mujeres que habían sido o eran aún víctimas de violencia por parte de sus parejas, entre las que también había dirigentes de otras zonas de El Alto. Desde ese momento Fani decidió dar a conocer estos temas en su zona a los demás dirigentes.
El Centro de Promoción de la Mujer Gregoria Apaza lleva trabajando más de treinta años en el municipio de El Alto buscando transformar las relaciones de poder desiguales y de subordinación de género en la región. Ha estado cerca de mujeres líderes, como Fani Nina, informando y capacitando a mujeres en participación política, gestión municipal, el derecho a una vida libre de violencia y en el ejercicio de sus derechos sexuales y reproductivos.
De acuerdo con el Centro de Información y Desarrollo de la Mujer – Cidem, en El Alto, entre enero y octubre de 2014 se registraron 17 feminicidios. En Bolivia, 7 de cada 10 mujeres sufren algún tipo de violencia.
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