«Trabajamos bajo una amenaza de muerte»: el personal humanitario sigue entregando ayuda vital en Gaza
Las y los trabajadores humanitarios en Gaza siguen entregando ayuda vital a las personas que más lo necesitan, a pesar de enfrentarse a enormes desafíos a medida que las condiciones continúan deteriorándose, si es que eso es posible. Hasta mayo aproximadamente 200 trabajadores habían sido asesinados. El personal de nuestras organizaciones socias nos cuenta como, contra viento y marea y a pesar del peligro constante, siguen proporcionando el apoyo que miles de personas necesitan desesperadamente en medio de una grave escasez de alimentos, combustible y suministros clave.
El personal humanitario sigue entregando ayuda vital en Gaza
En las últimas semanas han estado entregando ayuda vital, alimentos y han continuado con el apoyo a las personas heridas y las embarazadas. El Centro de Desarrollo MAAN ha distribuido 1.150 comidas calientes en Deir-al-Balah, el Club Deportivo Al Aqsa proporcionó cestas de verduras a 1.057 familias en Al Nusairat y jóvenes voluntarios de la Asociación de Estudios de Mujeres para el Desarrollo de Palestina (PDWSA) distribuyeron otras 900 cestas a familias de Khan Younis.
Mientras tanto, el personal de los hospitales administrados por Al-Awda, socia de Alianza-ActionAid en Gaza, sigue salvando vidas y atendiendo partos a pesar de la escasez crítica de medicamentos y combustible.
Apenas hay artículos disponibles en Gaza
La Asociación Wefaq para el Cuidado de la Mujer y el Niño (WEFAQ, por sus siglas en inglés) ha podido distribuir 350 kits básicos de salud a personas necesitadas, así como bolsas de maternidad para las mujeres que estaban a punto de dar a luz, que contenían kits de higiene y ropa tanto para la madre como para el recién nacido. Esto a pesar de que la dificultad de acceder a artículos esenciales dentro de Gaza, ya que hay poca disponibilidad y los precios están enormemente inflados.
«Conseguimos estos artículos a través de algunos proveedores que habían almacenado algunos materiales, a través de nuestras relaciones personales. Los precios son altos, pero solo hay artículos caros disponibles». Buthaina Subeh, directora de WEFAQ.
WEFAQ tuvo dejar de prestar sus servicios a principios de mayo cuando el ejército israelí lanzó su invasión terrestre de Rafah, lo que obligó al personal a huir. Durante 15 días ni siquiera pudieron comunicarse. Ahora han logrado restablecer sus servicios en Deir-al-Balah. Pero ningún lugar es seguro en Gaza, y el equipo sigue viviendo con la amenaza constante de un ataque.
«Hay bombardeos en todas partes y estamos trabajando bajo [la amenaza de] muerte, los bombardeos y el fuego», continúa Buthaina. «Ahora, después de que el ejército israelí ha amenazado con asaltar la ciudad de Deir al-Balah, no sabemos qué hacer… No hay ningún lugar a donde ir porque siguen bombardeando Gaza. Si Deir al-Balah es invadida, ¿qué podemos hacer?».
Camiones que siguen esperando para entrar en Gaza
La cantidad de ayuda que llega a Gaza sigue siendo alarmantemente baja: solo se ha permitido la entrada de 710 camiones en lo que va de mes, según datos de la ONU, cuando Gaza necesitaba al menos 500 camiones de ayuda al día para satisfacer las necesidades básicas de la población incluso antes del 7 de octubre. Veinte camiones que transportaban suministros de Alianza-ActionAid, incluidos productos menstruales y kits de higiene, han estado atrapados en Egipto durante al menos dos meses debido al retraso creado por las restricciones en los puntos de entrada a Gaza.
Aún hay 1.500 camiones de la ONU o de ONG con destino a Gaza que esperan actualmente en Egipto, según un reciente informe que hemos elaborado junto a otras organizaciones.
El 100% de la población depende de la ayuda humanitaria
«Hay escasez de todos los artículos humanitarios. Estamos abrumados las necesidades… La gente se está muriendo de hambre debido a la escasez de ayuda… El 100% de la población depende de la ayuda humanitaria… Es la peor situación que hemos presenciado durante los nueve meses de la guerra israelí en Gaza». Amjad Al Shawa, director de la Red de ONG Palestinas (PNGO, por sus siglas en inglés).
Asimismo, la falta de combustible dificulta la entrada de ayuda, Sahar, coordinadora de PDWSA (Palestinian Development Women Studies Association), subrayaba que «el transporte es uno de nuestros principales obstáculos. Hoy en día, un litro de diésel cuesta 90 shekels y la gasolina ni siquiera está disponible. El transporte entre los campamentos y los centros de desplazados de manera segura, tanto para las personas como para las provisiones de ayuda, es una tarea difícil y peligrosa«.
PDWSA sigue ofreciendo servicios vitales de protección psicosocial y apoyo a las mujeres que se enfrentan a la violencia en Gaza, aunque actualmente no puede apoyar a las supervivientes de la violencia de género en los tribunales debido al colapso del sistema judicial. «No hay departamentos legales que se ocupen de los casos [de violencia de género] y brinden protección. Las autoridades que habitualmente se encargan de estos asuntos son ahora inexistentes en Gaza. Para las mujeres que se enfrentan a la violencia extrema, que pueden estar viviendo en situaciones que ponen en peligro su vida, no hay refugios para mujeres que puedan proporcionar protección… Las mujeres casi no tienen privacidad… No tenemos espacios seguros para hablar como mujeres en los campamentos [de desplazados]».
La valentía y la resistencia de nuestras socias frente a condiciones absolutamente inimaginables es simplemente asombrosa, pero nadie debería tener que trabajar así. Se debe permitir la entrada de más ayuda a Gaza y debe haber un alto el fuego permanente ¡ya!
¡Es urgente actuar cuanto antes!