¡Tres generaciones de voluntarias, juntas!
Rara vez ocurre que varias generaciones de voluntarias coinciden en un mismo lugar y en un mismo momento. Esta coincidencia se dio hace unos días en Kolda (Senegal). Fue con Daniel, Marta y, las ahora voluntarias, Elena y Elisa. Las cuatro han tenido la oportunidad de participar con Alianza por la Solidaridad-ActionAid en diferentes años del programa de voluntariado EU Aid Volunteers.
Ellas, que han conocido de primera mano y trabajado en los proyectos que llevamos a cabo en terreno, han querido compartir su experiencia como voluntarias de Alianza-ActionAid.
Daniel
Daniel Rodríguez es el más veterano de las cuatro: realizó su voluntariado en 2018.
Aprendí que no existe una única manera de hacer las cosas en la vida y que la colaboración entre los diferentes actores implicados (que todos participen de forma activa, comprometida y creyendo en lo que se hace) permite alcanzar mejores resultados. Además, permite crear vínculos y vías de intercambio de formas de pensar que, poco a poco, van enriqueciéndonos, abriendo nuestra sensibilidad a otras realidades y moldeando las personas que seremos en el futuro.
Marta
Marta Valhondo fue voluntaria en 2022. Tiene un recuerdo muy positivo de la que fue su primera experiencia en terreno: «Me he sentido muy arropada y siempre ocupará un lugar bonito en mis recuerdos. ¡Gracias, Alianza!».
Aprendí sobre proyectos, pero, sobre todo, una nueva cultura de trabajo y convivencia. Trabajar con la contraparte local y el personal de Alianza me ha llenado de nuevas y enriquecedoras perspectivas. En el camino me he cruzado con personas muy interesantes y con muchas aportaciones, y son las que han convertido la intensidad del aprendizaje a nivel personal y profesional en brutal. He comprendido la cadena de la cooperación y la belleza de la implicación de las personas que la mueven. Me siento orgullosa de ver que nos mueve un sentimiento común de querer mejorar el mundo.
Elena y Elisa
«Una experiencia como esta te brinda la oportunidad de conocer, de primera mano, y aprender de realidades y culturas diferentes. Te pones a prueba a nivel laboral y, sobre todo, personal, además de aprender a adaptarte a las circunstancias y nuevos retos que se puedan plantear». Es lo que destaca Elena Peña, voluntaria ahora, en 2023.
Como cierre de estas generaciones de voluntarias, acompaña a Elena Elisa Brunazzi. “Solo llevo unos diez días en Kolda y, cada vez que salgo de casa, sé que voy a ver varios aspectos de la vida cotidiana que me dejan con mucha curiosidad de descubrir el porqué de las cosas».
Desde ya, este voluntariado me está dando la oportunidad de acercarme a una realidad compleja y, al mismo tiempo, es una ocasión para seguir formándome sobre el funcionamiento de la cooperación al desarrollo. Serán nueve meses de grandes desafíos, pero estoy segura de que, junto a estos, habrá grandes satisfacciones.