‘Home’ llena el Teatro Español de solidaridad y arte con las refugiadas sirias
“¿Pero qué pasa aquí?”. La pregunta se repetía entre los viandantes al ver la inmensa cola que se alargaba por la calle Príncipe de Madrid hasta perderse en la lejanía. Durante dos días, el viernes 15 y sábado 16, teatro y solidaridad se dieron la mano para apoyar a las refugiadas de una guerra que no parece tener fin, para ayudar a mujeres que siguen esperando en las fronteras de lo que fue su hogar para un regreso incierto.
La iniciativa fue del Teatro Español: inaugurar su temporada con algo que removiera conciencias, que nos pusiera en la piel de quienes lo han perdido todo, pero también de quienes están con ellas y de quienes, pese a ser millones no son capaz de verlas: HOME. Los 16 monólogos que nos regalaron tanto los 16 que los escribieron, como los que los dirigieron y los interpretaron pusieron muchos pelos de punta y mucho brillo en las miradas, pero también cierto grado de culpabilidad ante esa ceguera.
Todos trabajaron gratuitamente para que la recaudación fuera íntegra para Alianza por la Solidaridad, que trabaja en Jordania con las refugiadas sirias y que ha abierto dos centros de atención para poner freno a una violencia marcadamente de género y sexual que no deja de aumentar y que puede hundirlas para siempre en un pozo, arrastrando con ellas a sus familias.
Cada una de las piezas llevaba un mensaje, describía una situación, evocaba un momento por que el que cada día, hoy también, y mañana, y pasado, pueden estar pasando algunas de las más de tres millones de refugiadas sirias que se han quedado sin casa y sin país. Son más de la mitad de todos los que han salido. Hoy, seguramente, alguna será la madre que representó la Teresa Lozano en Las grietas del mar de Nando López, interpretación de una mujer que acaba de perder a un hijo en el mar Mediterráneo… Hoy es probable que alguna refugiada sea maltratada, como aquel padre y su hijo que fueron zancadilleados por la periodista húngara Petra Laszlo, a la que se dedicó más de un monólogo. Y hoy, es mucho más que posible que a Catorce kilómetros (de José Manuel Mora) no sea la actriz Irene Escolar quien se encuentre con la inmensa distancia que la separa de otro mundo.
Cuando escuché que una de los personajes se llamaba Selma, no pude por menos de pensar en esa mujer que conocí en Jerash, en una historia que hablaba de dolor y de resistencia.
“¿Qué pasa aquí?”, preguntaban en las colas. Aquí pasa que el Gobierno español se comprometió hace tres años a acoger a 17.337 refugiados antes del próximo 26 de septiembre, pero apenas lo han hecho con 1.983. Y pasa que últimamente los refugiados no suelen estar en las noticias y con ello, desparecen. Pasa que en junio pasado ACNUR recordó a los países de la ONU que de los 4.600 millones de dólares pedidos para atender a refugiados sirios en 2017 en Oriente Medio y norte de África, apenas se había recogido el 18%.
Por ello, iniciativas como la del Teatro Español nos ayudan a seguir adelante. No sólo por el apoyo económico en un momento en el que los fondos para estos asuntos anda de ‘capa caída’, sino porque nos ponen delante de los ojos lo que nos cuesta ver, los rostros de la desesperación, del miedo, de la lucha, de la ayuda desinteresada, de una juventud desorientada, de la noticia que sobrepasa los límites, de la pérdida de identidad…
Tanto como espectadora, como colaboradora de Alianza por la Solidaridad, gracias a todos porque con HOME, ellas no están solas.
Esperamos que algún día no muy lejano pueda volver a escena.
¿Qué pasa aquí?
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