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Más de 260 millones de personas se han desplazado en una década por desastres agravados por el cambio climático

El informe “¿Más allá del pánico?: análisis de los desplazamientos climáticos en Senegal, Guatemala, Camboya y Kenia” recoge testimonios de personas afectadas en los cuatro países. Más de 260 millones de personas han tenido que migrar de sus hogares, entre 2008 y 2018, por desastres de tipo ambiental, una parte importante de los cuales se vincula al cambio climático. La cifra no deja de aumentar: el pasado verano, las inundaciones en Pakistán generaron millones de desplazamientos. Mientras, el concepto «migraciones climáticas» sigue sin tener un reconocimiento por la multiplicidad de factores con la que se relaciona.

Además de testimonios, el informe “¿Más allá del pánico?: análisis de los desplazamientos climáticos en Senegal, Guatemala, Camboya y Kenia” presenta el resultado de grupos de discusión con especialistas, diarios climáticos, entrevistas en profundidad y encuestas a la población en los tres continentes. Entre los datos, se menciona que las personas de los países más empobrecidos tienen una probabilidad seis veces mayor que las de las naciones ricas de sufrir lesiones, perder sus hogares, ser desplazadas o evacuadas, o necesitar ayuda de emergencia como consecuencia de las catástrofes. La publicación de este informe se produce en el marco del proyecto Climate of Change, financiado por la Unión Europea.

El informe destaca que muchas de las personas migrantes o desplazadas por catástrofes climáticas (sequías e inundaciones, principalmente) señalan como causa de su movilidad otros motivos. Motivos económicos, políticos, sociales o demográficos que, a menudo, tienen detrás factores relacionados con el calentamiento global, como son la falta de empleo o la carestía de agua y tierras de cultivo. En definitiva, el impacto en los medios de vida de los que dependen muchos hogares.

Senegal

En este país de África Occidental, el principal impacto del cambio climático es el aumento del nivel del mar en la zona costera: es el octavo país del mundo donde este riesgo es mayor. Siendo la zona costera la de mayor densidad de población: alrededor del 65 % de la población senegalesa reside en la costa; no en vano, sus grandes ciudades (capital incluida) son costeras. El informe destaca cómo estos impactos climáticos se incrementan debido a un desarrollo urbanístico rápido y poco planificado, al albur de los desplazamientos desde el interior rural.

A las sequías se suma el deterioro de la actividad pesquera, de la que viven unas 600.000 personas (el 15% de la población activa). El calentamiento genera cambios de las corrientes, afectando a las migraciones de los peces. Esta vulnerabilidad agrava el impacto que ya supone el acaparamiento de los océanos por parte de grandes buques industriales, que explotan sus caladeros gracias a convenios internacionales como los firmados con la Unión Europea. Lo que acarrea un gran impacto en la pesca tradicional senegalesa y los medios de vida de las comunidades locales, abocando a algunos senegaleses a emigrar rumbo a Europa por la peligrosa vía canaria.

Guatemala

La situación de las migraciones en Guatemala tiene otros condicionantes. Situado en el Corredor Seco, el país está entre los diez más vulnerables al cambio climático, con un 70% de su población por debajo del índice de pobreza. Se estudió Totonicapán, lugar donde preocupan las olas de calor (al 31,4%), seguidas de las tormentas (21,7%) y las sequías (12%). Estos fenómenos extremos se ven agravados por la minería y el acaparamiento de recursos como el agua: 6 de cada 10 litros de agua se destinan a grandes plantaciones de caña de azúcar, aceite de palma y plataneras.

Ante la falta de trabajo, se calcula que un 10% de la población se mueve a lo largo del año de forma estacional, dentro y fuera de Guatemala.

Camboya

A los problemas de deforestación (el país ha perdido un 10% de su cubierta forestal en seis años) por una continua expansión agrícola y de plantaciones de caucho, se añade que las lluvias cada vez son más erráticas en una zona en la que casi la mitad de la población depende de ellas como fuente de agua.

En el último año, un 23,2% mencionaba que no ha tenido suficiente agua potable durante cuatro meses y un 42,5% había sufrido más de un fenómeno climático (tormentas, inundaciones, olas de calor o sequías). Muchas declararon que están vendiendo sus pequeños terrenos para poder pagarse el coste de la migración.

Kenia

Tanto sequías como inundaciones están provocando importantes desplazamientos en este país del Cuerno de África. Sobre todo, entre pastores que sufren pérdidas frecuentes de ganado. El uso de los desalojos para llevar a cabo proyectos de protección medioambiental también ha contribuido al desplazamiento de las poblaciones.

En el Condado de Isiolo, la sequía y las lluvias impredecibles han afectado negativamente a las cosechas, la productividad ganadera y la mortalidad de las reses. Esto ha generado inseguridad alimentaria y ha aumentado los conflictos por los recursos naturales. El pastoreo nómada forma parte de su vida, pero la escasez está dificultando unos movimientos que, hasta ahora, no generaban violencia.

Recomendaciones del informe

El informe “¿Más allá del pánico?…” también incluye recomendaciones a nivel internacional, nacional y local. En el internacional, se pide crear nuevas rutas migratorias, facilitando vías legales y seguras para las personas que se desplazan en el contexto de impactos del cambio climático. También se aboga por mejorar y compartir tecnologías y medios para la adaptación al cambio climático y se exige que los Estados ricos e industrializados que más han contribuido a las emisiones de gases de efecto invernadero y al calentamiento global aporten ayuda económica para financiar políticas de adaptación y mecanismos de compensación de pérdidas y daños de las zonas más afectadas.

 

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