La crisis en Haití se recrudece por la escasez de agua y de alimentos
Desde que en 2010 se produjera una de las mayores crisis humanitarias de la historia a causa del terrible terremoto que dejó más de 300.000 muertos y asoló el suroeste de la isla, Haití continúa siendo azotado por numerosas dificultades, como la alarmante sequía en la que se encuentra sumido el país a causa de la prematura finalización de la temporada de lluvias.
La deforestación del 98 % del suelo de Haití ha agravado los efectos del cambio climático, añadiéndose a los efectos que ocasionan la disminución del número de lluvias. De hecho, este año ha caído un 50 % menos de agua que en periodos anteriores. Además de esta escasez, la población no puede recurrir a otras fuentes de agua existentes por culpa de su excesiva contaminación debida a la falta de un sistema de alcantarillado y de una infraestructura estable que haga accesible el agua potable a las poblaciones.
Así, 200.000 familias se enfrentan a una falta de agua que recrudece, además, la importante inseguridad alimentaria que sufre casi la mitad de la población y la malnutrición crónica que padecen más de dos millones de haitianos; siendo parte de las zonas más afectadas las comunas de Anse-à-Pitre y Grand-Gosier, ubicadas en el Departamento del Sudeste y donde Alianza por la Solidaridad realiza su labor.
Además de desarrollar un programa para la prevención de riesgos ante desastres naturales, financiado por el Departamento de Ayuda Humanitaria de la Comisión Europea (ECHO), y en el que se encuentran involucradas dos regiones de Haití y República Dominicana, Alianza por la Solidaridad está llevando a cabo las primeras actividades en el marco otro proyecto también financiado por ECHO para paliar la escasez de alimentos con la distribución de cupones para facilitar el acceso a alimentos.
Nuestros proyectos en Haití se están adaptando en la medida de lo posible a la dinámica incierta del país en materia de población a causa de la repatriación obligada de al menos 20.000 haitianos procedentes de República Dominicana a raíz de las nuevas y restrictivas normas sobre inmigración impuestas por su gobierno. Esta nueva legislación del Ejecutivo dominicano, tras una larga tradición histórica de no querer reconocer la ciudadanía de hijos de haitianos, aun habiendo nacido en el país vecino, dificulta la labor humanitaria de las organizaciones que nos encontramos allí y que pedimos que se revise esta normativa en aras de la solidaridad entre naciones.
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