La lucha por una nueva oportunidad para los menores abandonados en Marruecos
Las organizaciones de la sociedad civil que trabajamos en la región defendemos la creación de un sistema de protección pública para que el Estado marroquí promueva la atención a menores que se encuentran en situaciones complicadas, un trabajo que por ahora seguimos haciendo en gran parte las ONG internacionales y las marroquíes como ANIR.
Carlota, voluntaria de la Fundación Esperanza Pertusa, entidad aliada de Alianza por la Solidaridad que ayuda con su financiación a nuestros proyectos en Marruecos, ha viajado hasta la localidad de Agadir, ubicada al suroeste del país, para ser testigo de la labor que desempeña ANIR. Allí ha visitado el “Centro de salvaguarda de la chica”, una institución que tiene como misión ayudar y dar acogida a niñas y chicas jóvenes que han sido abandonadas, repudiadas por su familia o bien que hayan cometido algún delito. Este centro no sólo hace las veces de refugio para estas chicas, sino que también les proporciona formación y talleres como clases de cocina, corte y costura y cursos de formación para personal de hostelería. De esta manera, las jóvenes amplían sus posibilidades para su inserción en el ámbito laboral y social, un aspecto que Carlota ha destacado tras su estancia en el centro como «primordial» para asegurar su futuro una vez abandonan el centro.
Además de este centro, ANIR lleva a cabo otros programas que cuentan con el apoyo de Alianza por la Solidaridad. Uno de ellos es la financiación del equipo de educadores en un centro que da acogida a menores varones que viven en la calle. Los miembros de este centro ayudan a estos chicos e intentan mediar con sus padres para que vuelvan a integrarse en el núcleo familiar. Durante su estancia, estos niños logran evadirse de los maltratos, violaciones o humillaciones que muchos han sufrido mientras vivían en las calles. “Si no existiese este centro, los niños estarían mendigando en la calle”, explica uno de los educadores del centro.
El otro proyecto es la Unidad Móvil de Protección del Niño, un servicio ambulatorio de emergencia social que recorre las calles al encuentro de estos niños. El objetivo de esta iniciativa es que los educadores puedan crear un vínculo con estos jóvenes para poder evaluar su situación. Durante sus rutas por las oscuras calles de Agadir, el equipo entrega alimentos y mantas a los jóvenes que encuentran. Javier Ruiz, experto en protección de menores y responsable de Alianza por la Solidaridad en este proyecto, afirma que no hay posibilidad de sacar a ningún niño de la calle a la fuerza. “Hay que convencerlos”, explica.
Para mejorar la calidad de las acciones de esta unidad móvil y gracias a la financiación de AECID a través de Alianza por la Solidaridad, los educadores de este servicio se han beneficiado de varias sesiones de entrenamiento para ayudarles a gestionar las emociones y el estrés causado por la acción sobre el terreno.
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