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Ucrania un año después: Women in action

Como en todos los conflictos armados, las mujeres y las niñas son las más afectadas: representan la mayoría de las desplazadas internas y de las personas refugiadas que salen de Ucrania. También la violencia de género ha aumentado. Además, las mujeres de diferente origen étnico, religión, identidad, edad, discapacidad y limitaciones sociales sufren discriminación. Sus derechos ya no son una prioridad, si es que alguna vez lo fueron.

A pesar de estos desafíos, mujeres y jóvenes, individualmente o al frente de organizaciones, están en primera línea, responsabilizándose del cuidado en sus hogares, así como liderando organizaciones de la sociedad civil nacionales y locales y ofreciendo asistencia y protección a las personas más vulnerables en esta respuesta humanitaria.

Sin ellas no será posible avanzar y defender la igualdad de género y los derechos de las mujeres. El trabajo de las organizaciones dirigidas por mujeres y jóvenes es esencial para defender los derechos de las mujeres, mientras que las prioridades militares dominan Ucrania y la región.

Alina, Oxsana, Maryna, Veronika, Natalya y muchas otras están defendiendo sus derechos y los de toda la comunidad, mientras responden a esta crisis. ¡Escuchémoslas!

Alina

Alina es psicóloga clínica. También ella es desplazada interna ya que vivía en la Horlivka ocupada, en el Donbas. “Esta nueva invasión es, para mí personalmente, una continuación de lo que ya he afrontado anteriormente”. Ahora, coordina en la organización Girls el proyecto de apoyo psicológico, especialmente para las más afectadas, mujeres y niñas que sufren violencia de género. “Cada mes brindamos asistencia psicológica a unas 1.500 personas. En toda Ucrania e, incluso, en el extranjero”.

Lo que estamos viendo ahora, una vez más, es porque la guerra es violencia. Hay mucha gente llena de ira y agresividad. Y esto se manifiesta como violencia intrafamiliar o violencia en el lugar de trabajo…”.

“Cuando hablamos de violencia sexual relacionada con el conflicto, no se entiende solo para satisfacer una necesidad sexual, sino para reprimir, generar miedo y, naturalmente, históricamente siempre ha sido una herramienta de guerra”.

Alina

Oxsana

Oxsana (no es su nombre real) es una de las más afectadas apoyadas por los programas de Girls con alojamiento y asesoría psicológica y legal. Tras permanecer cinco meses en Europa con su hijo y su madre, decidió volver a casa. Sin embargo, la situación se volvió “destructiva” y “la violencia psicológica era evidente”.

Lo que tiene la violencia de género es que las más afectadas no entienden que son sujetos de esta violencia. Y piensan que hay algo malo en ellas”.

“Pero, cuando escuchas a alguien que atraviesa una situación similar a la tuya, o incluso a muchas mujeres así… Entonces dejas de sentir ese aislamiento, como si algo estuviera mal en ti, como si solo tú tuvieras esos problemas y el resto estuviera bien”. “No es posible escapar sin apoyo. Es simplemente imposible. Yo lo logré porque tuve mucho apoyo”.

las mas afectadas Oxsana

Maryna

Maryna ha sido dos veces desplazada interna. En 2014 escapó de Donetsk a Kiev, donde vivió en el refugio de Insight con su novia. La invasión que comenzó el 24 de febrero le hace recordar. “El 25 de febrero… tuve que afrontar que yo tenía bastantes problemas psicológicos irresueltos desde 2014. Empecé a recordar cosas en Donetsk, el primer asalto al aeropuerto… Fue abrumador. No podía distinguir entre los recuerdos y la realidad que me rodeaba”. Consiguió rehacerse pero, en 2022, su casa en Izum (cerca de Kramatorsk) fue destruida y se llevó a sus padres a Kiev. Ahora es voluntaria en el centro humanitario.

“Creo que es más difícil, no solo ser una persona desplazada, sino también darme cuenta de que, lamentablemente, todavía hay gente con prejuicios en nuestro país y muchos prejuicios hacia las mujeres. Y en cuanto a los miembros de la comunidad LGBTQI+, esto es aún más apremiante”.

las mas afectadas Maryna

Verónika

Verónika trabajaba en una escuela para niños con autismo en Krarkiv. Cuando comenzó el ataque, tuvo que vivir con los niños en la escuela durante una semana mientras caían las bombas. “Nos mudamos a la escuela. Veíamos aviones sobrevolándonos. Vimos misiles sobre nosotros. Y nos dimos cuenta de que, bueno, podía seguir así todos los días”. Entonces, huyeron de Kharkiv a Kiev. Ahora, toda la familia colabora en el centro humanitario de Insight.

“Siento que estoy donde quiero estar. Quiero ayudar a la gente. Quiero ser parte de esto. Esto me inspira. Cada día. Sé que hay algo más. No solo ser una mujer que tiene que criar a un hijo y cocinar para el esposo. Soy una mujer que puede y quiere ayudar, que quiere involucrarse en algo grande y eso me ayuda a vivir”.

Era muy feliz antes de la guerra y pasé seis meses buscando la felicidad hasta que me di cuenta de que solo había cambiado mi ubicación. La felicidad está dentro”.

Veronika

Natalia

Natalia, afortunadamente, escapó de Irpin con una pequeña bolsa antes de que su casa fuera destruida. “Antes de la guerra, uno de mis sueños era asistir a clases de inglés y tenía que empezar el 28 de febrero. Por supuesto, nada empezó. Todo cambió en un segundo”. Durante el año anterior, estuvo trabajando en una pequeña tienda de comestibles en Bucha. Meses después, la situación allí se volvió dramática.Dispararon a mis compañeros de trabajo. Una mujer, Tamila, y su hija fueron evacuadas por voluntarios, pero su coche fue alcanzado por un proyectil y se quemaron vivas. Ni siquiera se pudieron reconocer porque no hubo nada que identificar”. Ahora Natalia está ayudando a otras personas que sufren las consecuencias del conflicto.

Ayudamos como podemos, damos colchones y almohadas, ropa de cama y mantas. Muchos de mis amigos de Irpin ahora viven en vagones de tren en la estación porque no tienen dónde ir”. “Con mi trabajo apoyo a aquellas mujeres, menores y personas jubiladas que ahora se encuentran en situación crítica”.

“Mucha gente dice que las mujeres son débiles, que necesitan más apoyo. No estoy de acuerdo con que seamos débiles. Creo que somos muy fuertes. Pero son las mujeres, las jubiladas, las niñas… Creo que durante la guerra reciben menos atención que otros”.

Natalya

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