Miles de desplazados por la violencia enturbian las elecciones generales en el norte de Mozambique
La situación en el norte Mozambique se deteriora desde hace meses con un aumento de ataques a la población civil sobre cuya autoría hay informaciones confusas. Estos ataques están provocando el desplazamiento de miles de personas debido a la inseguridad, así como víctimas mortales (alrededor de 200 desde octubre de 2017) y problemas para el desarrollo de los programas de cooperación internacional en marcha. En este contexto, el país africano celebra sus elecciones generales el próximo 15 de octubre.
Diferentes fuentes atribuyen esta violencia a causas muy diversas, si bien oficialmente no hay una versión. Se acusa tanto a extremistas islamistas llegados del norte como a la injerencia extranjera, enfrentamientos étnicos, grupos de traficantes de piedras preciosas e incluso a jóvenes desempleados acuciados por la pobreza.
Alianza por la Solidaridad, que mantiene varios proyectos de desarrollo en la región de Cabo Delgado, continúa trabajando activamente con las comunidades, a la vez que constata cómo la llegada de grandes proyectos energéticos, como la explotación de los grandes yacimientos de gas natural, no tienen perspectivas de paliar pobreza, sino que generan nuevos problemas: en 2008 el 39% de la población vivía en la pobreza, porcentaje que subió al 44,8% siete años después, según los últimos datos disponibles del Observatorio del Medio Rural de Mozambique.
Cabe señalar que el proyecto de gas natural fue iniciado por Anadarko, una compañía de origen norteamericano cuya propietaria mayoritaria en Mozambique es, desde el pasado verano, la petrolera francesa Total. Consiste en la explotación de unos 2,12 billones de metros cúbicos de gas natural, encontrados bajo el océano, que se canalizarán hasta la costa de Cabo Delgado y allí se licuarán en la planta de licuefacción para finalmente ser distribuidos al resto del mundo. Este proyecto supondrá la primera plataforma en tierra de gas natural licuado en Mozambique, y tendrá la capacidad de producir 12,88 millones de toneladas al año. Andadarko es la petrolera que fue denunciada por contaminar miles de lugares en Estados Unidos, por lo que tuvo que pagar 5.150 millones de dólares en 2014.
La llegada de Anadarko, que el Gobierno del presidente Filipe Nyussi considera que generará grandes recursos para el país, ha provocado inestabilidad en la zona sin generar empleo: son 13.000 trabajadores expatriados frente a 300 locales, casi todos para trabajos de menor cualificación. Además, muchas familias han sido desplazadas al expropiarse sus tierras, sin que muchas se sientan satisfechas con las compensaciones recibidas.
En Mueda, municipio donde tiene sus proyectos Alianza por la Solidaridad, ya hay efectivos del ejército ruso en apoyo del mozambiqueño para, dicen, ayudar en el control de una violencia que no tiene fin.
El hecho de que se incendien viviendas y se agreda a familias de diferentes religiones echa por tierra la hipótesis islamista. Más real es el aumento de la pobreza y el descontento. En Mueda, gran parte de la población no tiene agua potable en sus domicilios, las carreteras están en malas condiciones y sólo un tercio de los habitantes de la ciudad disponen de suministro eléctrico. El Gobierno en estos momentos tiene una deuda muy elevada con el Banco Mundial, que tiene que pagar, mientras que los funcionarios hace tiempo que no reciben su salario, lo que aumenta el descontento popular.
Alianza por la Solidaridad mantiene en la zona proyectos de cooperación al desarrollo pese a las dificultades
En este escenario, Alianza por la Solidaridad, gracias a un convenio de la AECID, trabaja en comunidades promoviendo la propiedad de la tierra de las mujeres de Mueda, aumentando las tierras de cultivo gracias a motobombas que llevan el agua donde no había y facilitando la comercialización de los productos agrícolas. Para ello se ha construido un almacén comunitario cerca de una carretera que permite conseguir mejores precios a los pequeños agricultores de la zona. Asimismo, se trabaja en delimitar tierras comunales para impedir la entrada de furtivos que deforestan la selva. De hecho, se ha creado un comité de gestión de fauna y floresta que reúne a los comités locales que trabaja con este fin.
Javier Larios, coordinador de Alianza en Mozambique señala que “es una situación compleja porque el Gobierno actual confía en la explotación del gas para solucionar los problemas, pero no va a mejorar las condiciones de la gente y, además, la violencia va en aumento”.
Por su parte, Gaspar Sitefane, responsable de Accion Aid Mozambique, añade que el gran proyecto del gas “ya está aumentando el nivel de gasto de la gente debido a que los precios suben, pero lo peor es que no se sabe quién está detrás de la violencia desatada hace dos años y que ya no se informa de ello, como si no existiese”.
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