Ayudando a las mujeres y niñas sirias después del terremoto
Las mujeres y niñas sirias son particularmente vulnerables tras el terremoto de magnitud 7,8 que sacudió la frontera entre Turquía y Siria el pasado 6 de febrero. Se estima que más de 23 millones de personas se han visto impactados por el desastre, con 46.000 muertos confirmados y casi 90.000 heridos (los números continúan aumentando diariamente).
Es un desastre devastador para las comunidades que ya estaban enfrentando múltiples crisis y ahora lo han perdido todo de nuevo. En el sureste de Turquía, alrededor de 12 millones de personas residen en las áreas afectadas, incluidos dos millones de sirios desplazados que viven en tiendas de campaña y estructuras improvisadas en campamentos a ambos lados de la frontera. El noroeste de Siria alberga a más de 4 millones de personas, de los que más de la mitad ya eran desplazados de guerra.
Espacios seguros para mujeres y niñas sirias
En el noroeste de Siria, el socio local de ActionAid, Violet, está llegando a miles de supervivientes. Estos necesitan comida, agua y casa, así como servicios de protección, salud mental, y espacios seguros para mujeres y niñas. Junto al asesoramiento individual, en los espacios seguros realizan sesiones de sensibilización a mujeres sobre prevención de abuso sexual y explotación, estrés y trauma y derechos legales.
Sujoud, de 23 años, lleva un año trabajando con Violet en el campo de la protección. Trabaja en un espacio seguro, recientemente inaugurado, que proporciona un entorno privado y confidencial para mujeres y niñas que se han visto afectadas por el terremoto. En este lugar, ellas pueden hablar sobre sus miedos y preocupaciones, recibir apoyo emocional y participar en sesiones de sensibilización para mantenerlas a salvo de la violencia de género y la explotación.
«El espacio seguro es muy importante después de un desastre. Las mujeres y las niñas vienen aquí y hablan abiertamente sobre cómo ayudar a sus hijos en el momento del terremoto; cómo procesar el trauma; cómo tranquilizar a sus hijos para que no tengan miedo de otro terremoto; o cómo superar esta crisis», nos cuenta Sujoud.
También de 23 años, Hala es una estudiante de Derecho que trabaja con mujeres que experimentan trauma y ansiedad. Hala habla de cómo la mayoría de las mujeres, que ya se han visto afectadas por la guerra de Siria, ahora enfrentan el trauma adicional del terremoto, incluyendo ser desplazadas de sus hogares, perder a sus seres queridos y convertirse en las únicos proveedoras de sus familias.
«La guerra ha afectado a todos los sirios, pero a las mujeres especialmente. Porque hay mujeres que perdieron su sostén familiar, enviudaron, tal vez se divorciaron o todos sus parientes han fallecido y se convirtieron en el sostén de sus hijos. Todo esto impacta en su salud mental», advierte Hala.
«Ojalá todas las chicas vinieran aquí»
Noor, de 26 años, es madre soltera. Vive en un campamento para personas desplazadas tras el terremoto. Su esposo, quien era el sostén de la familia, desapareció hace tres años. Desde entonces, Noor es la única cuidadora de sus tres hijos pequeños, de 5, 4 y 3 años.
«Los miembros del equipo me encantan porque me hacen sentir cómoda y me han ayudado a aliviar el trauma y el impacto de los terremotos. Te sientes como en casa. Sientes que son como tu familia», dice Noor.
Desde el terremoto, Jumana, de 11 años, no ha podido asistir a la escuela. Ella quiere ser médica para ayudar a los niños que quedaron atrapados bajo los escombros del terremoto.
«Ojalá todas las chicas vinieran aquí. Olvidarían sus preocupaciones y todo el miedo que experimentaron durante el terremoto».
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