La ola de calor en Europa muestra los peligros del cambio climático que sufren muchos países del Sur global

La ola de calor que asola el hemisferio norte y las temperaturas récord en Europa y Estados Unidos ilustran claramente los peligros de la crisis climática que sufren, desde hace años, los países del Sur global.

Ola de calor solo es el principio

Este calor extremo se está convirtiendo en un fenómeno cada vez más frecuente debido al calentamiento global y, sin duda, está afectando gravemente a la salud humana, los ecosistemas, la agricultura, la energía y el suministro de agua. Las consecuencias ya se dejan sentir, desde hace décadas, en algunos de los países más vulnerables del Sur global. Y están empeorando rápidamente.

Las altas temperaturas, las sequías, los ciclones y las inundaciones extremas están provocando la pérdida de medios de subsistencia, la emigración de innumerables personas y el aumento del riesgo de violencia contra las mujeres y las niñas.

«Europa se está dando cuenta, demasiado tarde, de cómo le está afectando el cambio climático. Llevamos tiempo advirtiendo de las terribles consecuencias en países del Sur mucho más vulnerables al clima extremo y sin medios para mitigarlo, adaptarse o recuperarse. Ahora, Europa lo está sufriendo cada vez más. Esta ola de calor es solo un ejemplo de cómo vamos a tener que adaptarnos a una nueva realidad climática. Tenemos la responsabilidad de apoyar a otros países para que hagan lo mismo», subraya Isabel Iparraguirre, coordinadora de Justicia Global, Transición Ecológica e Innovación de Alianza por la Solidaridad-ActionAid.

«La acción real para reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero es crucial si queremos cumplir los objetivos del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global a 1,5 °C y evitar un cambio climático catastrófico. Esto significa que las economías contaminantes deben sufrir una transformación total en un plazo de diez años«.

Mientras, en el Sur

De hecho, el Cuerno de África se enfrenta a «la peor sequía que se recuerda». Las cosechas que se marchitan y el ganado que muere a causa de los impredecibles patrones meteorológicos y las sequías persistentes provocadas por los crecientes efectos del cambio climático están dejando a las comunidades en una situación de extrema vulnerabilidad. Sin medios para ganarse la vida o alimentar a sus familias, las personas se desplazan por todas partes en busca de alimentos y agua.

«La realidad es que los países vulnerables están luchando contra las olas de calor, pero no tienen los recursos de que disponen las economías ricas para hacer frente al aumento de las temperaturas. Las consecuencias son terribles: más de 36 millones de personas en Etiopía, Kenia y Somalia se enfrentan al hambre cada día«, ha declarado Susan Otieno, Directora Ejecutiva de ActionAid Kenia.

El no de Rusia causa hambre

A la falta de cosechas por la extrema sequía, se une ahora la retirada de Rusia del acuerdo para la exportación del grano del Mar Negro, lo que puede exacerbar aún más las condiciones de hambruna en países vulnerables. Los precios mundiales de los alimentos han bajado en los últimos meses y, con ellos, el coste de los cereales gracias en gran medida a esta iniciativa. Pero, sin ella, es probable que los precios vuelvan a subir.

Una reciente investigación de ActionAid ha revelado cómo las comunidades se han visto gravemente afectadas por los precios de los alimentos, pagando a menudo hasta diez veces más de lo que gastaban antes del comienzo de la guerra de Ucrania. Y las mujeres y las niñas son las más afectadas en todas las parcelas de su vida, desde la ingesta de alimentos, la educación, el derecho a vivir libres del matrimonio infantil, hasta la salud mental y el bienestar.

«Tenemos que ver cómo los países reconstruyen su capacidad de producir los alimentos que necesitan para romper su dependencia del mercado mundial, que es tan volátil y vulnerable a las crisis», ha subrayado Alberta Guerra, responsable de Política Alimentaria de ActionAid.