«Vivimos una oleada de ataques desde que se puso en marcha la `locomotora minera´en Colombia»
Rosa M. Tristán
Clemencia Carabali, lideresa afrocolombiana y superviviente de un atentado
“Estábamos en una finca manteniendo una reunión para preparar un encuentro con el Gobierno. Nos encontrábamos 16 personas, bajo un quiosco abierto, cuando vimos que algo explotaba a unos cinco metros. Nos tiramos al suelo. Teníamos ocho escoltas en la finca, que reaccionaron enseguida. Se produjo un tiroteo entre ellos y los tres hombres que nos atacaban. Nosotros corrimos hacia los servicios. Otra granada cayó junto a la cocina. Al final, los atacantes lograron escapar y dos de los escoltas fueron heridos, uno por esquirlas de granada y el otro de bala. En la guerra he vivido situaciones muy fuertes, pero nunca un atentado como éste. Nuestras vidas , nuestros territorios y nuestros derechos están en peligro aquí en Colombia. Es un intento de masacre y estamos muy preocupados”.
Así describe Clemencia Carabalí Rodallega el ataque sufrido el sábado 4 de Mayo en el norte del Cauca. Clemencia lidera la Asociación de Mujeres Afrocolombianas del Norte del Cauca –ASOM . Junto a ella estaba Francia Márquez, también líder en el Cauca y premio Goldman en 2018, y otros 14 representantes en un territorio que un día si y otro también se tiñe de sangre.
Desde Santander de Quilichao, Carabali , con cuya organización colabora la ONG española Alianza por la Solidaridad, reclama al resto del mundo que presione al Gobierno de Iván Duque para que ponga freno a un expolio que está poniendo en riesgo sus vidas y su futuro.
¿Tiene constancia de que se está investigando este atentado?
Nosotros lo denunciamos y nos han tomado declaración, pero de momento, lógicamente, no hay información sobre los autores. Y no sabemos quien pudo ser. Lo que vemos es que vivimos una oleada de amenazas y violencia desde que el Gobierno colombiano puso en marcha la ‘locomotora minera’, que consiste en dar concesiones mineras a las multinacionales , otra empresas e inversionistas, que ahora llegan al territorio para acabar con él. Nosotros denunciamos que los índices de contaminación por mercurio son muy altos y que esta minería grande se suma a la minería ilegal, e inconstitucional, a los cultivos ilegales, a grupos armados que aún tenemos en el Cauca y quieren controlar el territorio. Es el Estado quien debe investigar y ver quienes intentaron asesinarnos.
¿Estas concesiones mineras son nuevas o se han reactivado ahora?
Algunas son nuevas y otras no, casi todas de oro, pero se han puesto en marcha varios proyectos y megaproyectos en nuestros territorios ahora, después de la firma de los Acuerdos de Paz en 2017, cuando las empresas han podido entrar más tranquilas en el territorio. Algunas son de empresarios colombianos asociados a extranjeras. Antes estábamos asediados por el conflicto y ahora por las empresas que quieren explotar nuestros recursos. Y nosotros aplaudimos los acuerdos de paz, por supuesto, pero no puede ser que ahora lleguen megaproyectos a quedarse sin antes haber hecho ninguna consulta previa en las comunidades étnicas, como marca la legislación nacional e internacional. Esto es una amenaza para todos.
¿Las concesiones para proyectos se están danto en zonas ya ocupadas?
En Colombia todo el subsuelo es del Estado, así que se lo pueden apropiar. Cuando la tierra encima está a nombre de una persona, tiene más derechos, pero son proyectos que afectan a todos y por ello es preciso hacer consultas y estudios de impacto ambiental que no se están haciendo. A ello, súmele el tema de los cultivos ilícitos, en el que no se ha avanzado nada en estos dos años en esta región, por lo que sigue habiendo grupos armados de ‘narcos’ ante la falta de implantación de los acuerdos de paz . El sábado día 4 precisamente preparábamos una reunión que tendríamos el 8 de mayo con representantes del Gobierno para hablar de ello cuando fuimos atacados. El día 8 nos reunimos con los delegados, pero no pudimos llegar a acuerdos porque no están dispuestos a tomar medidas estructurales que garanticen los derechos de la gente negra, con medidas concretas para avanzar en la desigualdad social. Ahora acaban de aprobar el fracking en el Plan de Desarrollo de Colombia y nos tememos que lo pongan en práctica en el Cauca.
¿Hay alguna investigación que refleje el impacto que está teniendo la minería en la población?
Sabemos que hay graves casos de contaminación en la sangre por mercurio y han subido los índices de cáncer, pero no hay investigaciones en el Cauca porque a las autoridades no les interesa. Sólo la Universidad del Valle ha hecho un estudio sobre el municipio en Suárez, que detectó mucho mercurio en sangre y en las mujeres de allí, pero son análisis costosos que no se hacen habitualmente.
En este contexto, la situación de las mujeres del Cauca ¿Cómo es hoy?
Muy precaria. Hay altos niveles de desempleo. Muchas tienen que dejar sus cultivos y no tienen ningún ingreso. Otras viven desplazadas a las ciudades y han dejado a sus hijos solos con familiares mayores. Y otra tienen que ir a sacar oro a los ríos de forma tradicional, pese a la contaminación. El sistema de salud es muy precario y, además, hay mucha violencia sexual. En general, la situación es compleja porque hay deficiencias profunda en infraestructuras, en el sistema educativo, agua, medios de transporte etc… Todo se hace en condiciones complejas y ellas son las más afectadas porque ellas están pendientes del cuidado familiar.
¿Qué pueden hacer ante esta situación agravada?
Mucha presión. Y mejor internacional porque aquí el Gobierno no nos escucha. Apoyan a los empresarios, a que el que es rico lo sea más, pero violando nuestros derechos. Sólo nos queda la presión internacional, a través de acuerdos bilaterales que tienen, para que este Gobierno cumpla y salvaguarde los derechos de la gente. Hacemos un llamamiento para que haya más solidaridad con los defensores y defensoras de derechos étnicos y humanos en este país.
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