El sistema patriarcal somete a las mujeres a una situación de vulnerabilidad y discriminación con altos niveles de violencia de género, pobreza y escasas oportunidades de desarrollo. Las mujeres palestinas ostentan la tasa de participación en el mercado laboral más baja del mundo, a la vez que soportan la mayor parte de las responsabilidades familiares y de cuidados.
Las mujeres y niñas palestinas tienen grandes dificultades para tomar decisiones sobre su salud sexual y reproductiva, y se enfrentan a prácticas como el matrimonio temprano y la negativa por parte de la familia o el marido del uso de métodos de planificación familiar.
Los marcos legales son discriminatorios, y las instituciones son débiles para garantizar los derechos de las mujeres firmados en los tratados internacionales.