Para cerrar esta etapa, recorrida con organizaciones aliadas en los tres países, Alianza ha presentado a la sociedad civil algunas de las experiencias y lecciones aprendidas en este tiempo, en un acto en el que se reunieron las organizaciones con las que se ha trabajado en estos cinco años. El evento tuvo lugar en la ciudad de La Paz y sirvió para evaluar los resultados en cada país.

En Bolivia, las actividades de la organización alcanzaron a más de 3.500 mujeres y de 14.000 adolescentes y jóvenes, que recibieron formación sobre sus derechos y ahora son potenciales agentes para exigir su cumplimiento y promover cambios en sus comunidades. Estas actividades se organizaron con el Centro de Promoción de la Mujer Gregoria Apaza, la Confederación Nacional de Mujeres Campesinas Indígenas y Originarias de Bolivia y la Asociación Médica Privada Wiñay, en Ecuador con Cepam Guayaquil, la Fundación Salud Amazónica y Gamma, y en Perú de la mano de la Asociación de Comunicadores Sociales Calandria y el Movimiento Manuela Ramos.

Asimismo, se atendió a un gran número de mujeres, que recibieron servicios de atención legal y psicológica encaminados a conseguir que abandonen el círculo de la violencia y se lleguen a convertir en líderes. Muchas de ellas recibieron formación sobre sus derechos y luego compartieron lo que habían aprendido con otras mujeres.

Conscientes de la importancia de trabajar con el Estado para que se cumplan las leyes, que garantizan que más mujeres ejerzan sus derechos, Alianza también trabajó con más de 2.000 funcionarios y funcionarias públicas, con el objetivo de mejorar los servicios de atención a mujeres que sufren violencia y la atención en salud sexual y reproductiva.

En estos cinco años, la organización ha recorrido un largo camino y muchos son los desafíos que la coyuntura en la región nos plantea para seguir en la lucha por los derechos de las mujeres.

En el vídeo, a continuación, se ponen imágenes a lo alcanzado en estos años.