Celebramos la liberación de los activistas encarcelados por oponerse a la construcción de una hidroeléctrica en Guatemala

Los acusados, puestos en libertad sin cargos tras un año entero en prisión, forman parte de un grupo de defensores ambientales acusados de organizar distintas manifestaciones contra el proyecto de construcción de una presa por parte de la multinacional española Hidralia, que incumplía la legislación internacional. Aunque quedan juicios pendientes de celebración en Huehuetenango, para las organizaciones de defensa de los derechos humanos es por fin una buena noticia tras cerca de una década de conflicto violento de la empresa contra defensores indígenas de su territorio.

Estos presos políticos se unen así a Saúl Aurelio Méndez y Rogelio Antonio Velásquez, otros dos activistas medioambientales que fueron liberados a principios de este año tras pasar 37 meses en prisión por su oposición a la construcción de la central hidroeléctrica.

Las organizaciones sociales recuerdan su denuncia constante de los hechos ocurridos desde 2007 en Huehutenenango, donde la oposición al proyecto de Hidralia (Hidro Santa Cruz en Guatemala), fue castigada con represión por parte de gobierno y empresa en un caso icónico de violación de los derechos humanos, donde se han sucedido asesinatos y encarcelamientos arbitrarios de defensores de los territorios indígenas.

Aunque Amigos de la Tierra, Alianza por la Solidaridad y Mujeres de Guatemala dan la bienvenida a la sentencia de la jueza Yasmin Barrios que permite la excarcelación de los presos políticos, seguimos exigiendo la retirada de cargos al resto de los represaliados, la salida de Hidralia del territorio indígena y la reparación del daño a las comunidades de Barillas. Para ello, las organizaciones intensificaremos de nuevo las acciones de presión hacia el Gobierno e Hidralia.

A través de la campaña TieRRRa de Alianza por la Solidaridad, que busca promover el respeto de los derechos humanos y el uso responsable de los recursos naturales, se recabaron más de 20.000 firmas con las que, gracias a esta presión internacional, la empresa abandonara sus planes de apropiación del río Canbalam, petición a la que se unieron Amigos de la Tierra y Mujeres de Guatemala.

Fuente de la imagen: Prensa Comunitaria
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