Stop a la violencia sexual en el trabajo

En el mundo, 1 de cada 3 mujeres sufre o ha sufrido violencia y acoso en su lugar de trabajo

La violencia de género sigue siendo una de las violaciones más toleradas de los derechos humanos en el mundo laboral a pesar de ser una lacra que afecta al 35% de las mujeres. En la actualidad no existe ninguna ley a nivel internacional que prevenga, aborde y/o remedie la violencia de género y el acoso en el trabajo. Además, hay que sumar un problema añadido a este tipo de violencia y es que, muchas veces, permanece oculta e invisibilizada a pesar de estar presente en las vidas y cuerpos de las mujeres que lo sufren.

Es importante señalar que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) está trabajando en un nuevo Convenio Internacional para intentar regular estas situaciones y proteger los derechos de las mujeres que sufren violencia de género en el trabajo,. Entre los países que sólo apoyan una recomendación NO VINCULANTE, se encuentra España, mientras que otros países del entorno como Francia, Italia, Grecia, Reino Unido e incluso Estados Unidos, además de Ghana, Guatemala, India, Indonesia, Jordania, Senegal, Sudáfrica, Suecia, Túnez, Zambia o Zimbabwe, apoyan que sea un convenio vinculante.

La invisibilidad del servicio doméstico

Uno de los sectores más desprotegidos ante este tipo de violencia es el servicio doméstico, que en España emplea a más de 600 mil personas, de las que el 90% son mujeres y la mayoría migrantes. Según datos de la OIM para el año 2015, la primera ocupación de las mujeres migrantes sigue siendo el servicio doméstico, convirtiendo a España en el país de Europa con mayor número de trabajadoras de hogar.

Este ámbito laboral cuenta con una gran precariedad y desprotección normativa, está invisibilizado y además infravalorado, viéndose reflejado en sus condiciones laborales y salariales. Quienes trabajan en este sector no tienen por ejemplo derecho a la prestación por desempleo, no cuentan con inspecciones de trabajo que permitan controlar las condiciones en las que trabajan, viéndose expuestas a abusos y arbitrariedades e incluso en algunas ocasiones a acoso y abuso sexual por parte de sus empleadores, quienes se aprovechan sabiendo que muchas de ellas no se atreverán a denunciar debido a su situación administrativa irregular y el miedo a ser expulsadas.

Es por ello que distintos colectivos como SEDOAC (Servicio Doméstico Activo), con quien Alianza por la Solidaridad, se organizan para visibilizar su situación como trabajadoras de hogar y cuidados, y a las que nos sumamos en la exigencia a la ratificación por parte del Gobierno español del Convenio 189 de la OIT, que supondría la equiparación de derechos con cualquier otra trabajadora o trabajador y así tener unas condiciones salariales y laborales dignas y con plenos derechos.

Para acabar con la violencia sexual en el trabajo es importante que la ciudadanía se movilice e inste a las instituciones a trabajar y desarrollar herramientas que consigan ayudar a todas las mujeres afectadas.

Para acabar con las violencia sexual y los abusos en el ámbito laboral es necesario que la ciudadanía se movilice y obligue a las instituciones a tomar las medidas adecuadas, como la aprobación del Convenio Internacional que promueve la OIT, para poner freno a una injusticia que han sufrido 818 millones de mujeres en los últimos 15 años, tanto en el mundo laboral, como en el personal.

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