Cambiando la historia que vivimos y contamos

Las personas que componemos Alianza por la Solidaridad estamos inmersas en varios procesos de cambio.

Un cambio de nombre, porque de llamarnos Solidaridad Internacional, Ipade y Habitáfrica, hemos pasado a llamarnos (y en muy poquito tiempo, a reconocernos como) Alianza por la Solidaridad. Lo que ha permitido que este cambio de identidad se haya producido tan rápido es que, a pesar del cariño que les tenemos a nuestras antiguas “casas”, lo que nos mueve es el compromiso con los objetivos comunes que compartíamos: trabajar por un sistema más justo donde se respeten los derechos de todas las personas, y por un mundo más humano y sostenible. Y sabemos que desde la nueva organización podremos trabajar más y mejor para conseguirlo.

Y eso nos lleva al segundo cambio: el cambio en nuestra forma de trabajar: el mundo ha evolucionado mucho en los últimos 30 años. Hoy hay nuevos desafíos para la justicia social, económica y ambiental… y lo que es mejor, nuevas y mejores posibilidades para afrontarlos.

Por eso no tiene sentido mantener las viejas formas de trabajo, que ya no responden a la complejidad de los retos a los que nos enfrentamos. Enfocarnos “sólo” en la gestión de acciones de desarrollo en otros países, o “sólo” en el cambio de políticas locales o nacionales que afectan al desarrollo, da soluciones parciales que mejoran la vida de muchas personas.

Pero “sólo” eso ya no es suficiente: hoy tenemos que conseguir que esas acciones locales se comuniquen entre sí y aprendan unas de otras. Hemos de conseguir que las personas, movimientos y organizaciones que trabajan por los derechos humanos, en cualquier parte del globo, unan esfuerzos y generen sinergias entre sus propuestas. Y Hemos de aportar ese enfoque global a nuestro trabajo, para lograr cambios sistémicos.

Y, al igual que cambiamos nuestra forma de ver el mundo y el papel que hemos de jugar en él, hemos de cambiar también la forma de contar ambas cosas a la sociedad: el “ayúdanos a ayudar” ya no sirve. El “existen dos mundos, un Norte desarrollado y un Sur en desarrollo”, ya no responde a la realidad. El “hemos de exportar nuestro estado del bienestar a otros países” se ha desmontado… En resumen, la visión del mundo que transmitíamos a nuestras bases sociales ha caducado.

Hoy se trata más que nunca de ofrecer a la sociedad toda la información, el análisis y el conocimiento que extraemos de la investigación y el trabajo directo con grupos y comunidades locales a lo largo de todo el mundo, para ayudar a construir una visión crítica y global de los procesos políticos y sociales que afectan a nuestras vidas. De visibilizar las distintas propuestas de acción que cada día surgen en todos los puntos del planeta, para que cada vez más gente se pueda sumar a ellas. De ofrecer a las personas espacios de auténtica participación y herramientas prácticas para implicarse y ser parte del cambio que quieren ver en el mundo.

Todos estos cambios son retos, personales y profesionales, para quienes componemos Alianza por la Solidaridad. Pero son también una apuesta decidida por reencontrar nuestro papel en el mundo, por adaptarnos a los tiempos que nos tocan vivir y por seguir siendo agentes activos de cambio en nuestras sociedades.

Y sabemos que no estamos solas en todos estos cambios. Cada vez más organizaciones en España y en Europa se dan cuenta de que que “business as usual is no longer an option” para las ONG, y se unen para compartir sus visiones y sus estrategias de cambio.

Por esa razón, desde Alianza por la Solidaridad hemos participado en los últimos meses en talleres y encuentros organizados por las Coordinadoras española y europea de ONG de Desarrollo, para que las organizaciones miembro podamos “cambiar la historia que vivimos y contamos”. Las dos, porque no tendría sentido cambiar sólo la narrativa, si la realidad que la acompaña sigue siendo la misma.

Los cambios pueden asustar, en principio. Pero tener claro el objetivo y las razones de cambiar, y saber que no estamos solas en estos procesos, nos ilusiona y nos llena de energía para seguir cambiando nosotr@s, para cambiar las cosas.

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