En este 8M, día internacional de la mujer, desde Alianza por la Solidaridad-ActionAid queremos visibilizar dos realidades. Por un lado, el acceso de las mujeres al poder económico, político y social en todo el mundo está aumentando. Sin embargo, por otro lado, también aumentan las situaciones de riesgo, violencia, acoso o amenazas de las que son objeto por la defensa de sus derechos y de sus comunidades. Las transformaciones que las mujeres llevan a cabo en pro de los derechos y la igualdad amenazan al sistema patriarcal. Como respuesta, este las acosa y, en muchas ocasiones, las violenta y hasta las asesina.

Avances y reacciones

Durante los últimos años, el empoderamiento femenino y las movilizaciones feministas han sido muy visibles. Las mujeres han conseguido grandes avances en muchos países. Estos progresos y movilizaciones han generado una reacción que ha puesto a activistas y políticas en el punto de mira de las corrientes más reaccionarias y conservadoras.

Por ejemplo, en Colombia, donde Alianza-ActionAid trabaja hace décadas, la vicepresidenta afro Francia Márquez ha recibido múltiples amenazas y acoso continuo. El pasado enero se desactivó un artefacto explosivo cerca de su vivienda, en el Cauca. Antes de ocupar este cargo, Márquez ha sido activista por los derechos de las mujeres en organizaciones que trabajan el empoderamiento y la participación femenina.

En 2022, la Defensoría del Pueblo en Colombia registró 215 homicidios a personas defensoras de derechos humanos. Según la Misión de Observación Electoral (MOE), hubo 534 agresiones contra líderes y lideresas y 102 mujeres sufrieron acto de violencia por su liderazgo político, social o comunal. Las últimas en sufrir esta violencia han sido las lideresas Rosa Elena Celix, quien trabajaba con víctimas del conflicto armado, y Shaina Vanessa Pretel, activista LGBTIQ+, asesinadas el pasado febrero.

No solo Colombia

En otros países, como Perú, organizaciones de mujeres indígenas y campesinas han denunciado la persecución que sufren a raíz de las protestas tras la caída del anterior presidente, Pedro Castillo. Similar acoso sufren en El Salvador donde, al estado de excepción promulgado por Nayib Bukele, se suman las campañas de difamación y acoso a las organizaciones de la sociedad civil, incluidas las de mujeres. Todo para obstaculizar la defensa de los derechos humanos, amenazados por las acciones autoritarias del Gobierno.

O en Guatemala, donde las defensoras, especialmente las indígenas, son perseguidas y criminalizadas por la defensa de sus territorios. En este caso, es el propio Estado quien está deteniendo, bajo acusaciones arbitrarias, a mujeres como las activistas medioambientales María Choc, encarcelada por dos años, o Sofía Tot, en pleno proceso judicial.

En Bolivia, el asedio a mujeres que han desempeñado cargos públicos ha hecho necesaria la promulgación de una ley contra el acoso y la violencia política. El país padece una altísima tasa de violencia hacia las mujeres. Además, su peor expresión, el feminicidio, ya alcanza a 19 víctimas en lo que va de año.

“A partir de los procesos de fortalecimiento y liderazgo de las mujeres, promovemos su empoderamiento para que exijan, con voz propia, el cumplimiento de su derecho a una vida libre de toda forma de violencia”, declara Magalí Chávez, coordinadora de programas en Alianza por la Solidaridad-ActionAid Bolivia.

En España también hemos asistido al acoso político de mujeres con cargos públicos: la ministra de Igualdad, Irene Montero, la diputada socialista, Laura Berja o, en su día, Mónica Oltra, acosada en su domicilio, entre otros casos. También en redes sociales son numerosas las denuncias de activistas feministas ante un hostigamiento que sigue aumentando y está cada vez más organizado.

Subrayamos que esta lucha de las mujeres por sus derechos se ha hecho más visible y reivindicativa incluso en lugares donde han sufrido brutales retrocesos, como Afganistán o Irán.

Este 8M #TomaPoderío

En este duro contexto, desde Alianza por la Solidaridad-ActionAid seguimos respaldando procesos a favor de las mujeres para llevar a cabo una transformación social. Apoyamos a asociaciones locales en América Latina, África, Asia y Europa. Lo hacemos para desarrollar programas que fomenten el empoderamiento y el liderazgo de las mujeres; así como campañas de comunicación para que la sociedad participe activamente.

Este 8M, hemos lanzado la campaña Power Up Women #TomaPoderío. En ella, reivindicamos el papel de las mujeres a través de los ejemplos, con nombres y apellidos, de activistas y defensoras de derechos de varias partes del mundo.