Según datos de la OIT, en el mundo hay 67 millones de mujeres y hombres que trabajan en el sector doméstico, una de cada 25 mujeres se dedica a esta labor. España es con 700.000 mujeres el país con más trabajadoras domésticas en Europa, la mayoría mujeres migrantes.
El impacto positivo de la llegada de estas mujeres es muy relevante: ellas son las responsables de que muchas mujeres españolas pudieran salir de casa para realizar un trabajo fuera de la misma, lo que antes les resultaba imposible.
Sin embargo, en muchos casos estas mujeres son invisibilizadas e infravaloradas. Muchas de ellas dejan en su país de origen a sus propios hijos mientras cuidan a otros en el país de destino.