Discriminadas, difamadas, amenazadas, criminalizadas y asesinadas por defender derechos humanos y ser mujeres. La irrupción de empresas en países en vías de desarrollo está ocasionando, con demasiada frecuencia, conflictos socioambientales al acaparar bienes naturales, agua y tierra.
A todo ello, plantan cara las defensoras de derechos. Su lucha interfiere con los intereses de grandes empresas en países como Guatemala y El Salvador.
Como mujeres se enfrentan a los mismos riesgos que los defensores de Derechos Humanos, pero además son víctimas de acoso y violencia sexual, son cuestionadas por su familia y comunidad, siendo discriminadas, incluso, por sus propios compañeros en las organizaciones sociales.
Entre 2015 y 2016 se contabilizaron en América Latina 2.197 agresiones contra Defensoras de Derechos.