La discriminación contra madres solteras y sus hijos en Marruecos

Noor era una niña de un pueblo de las montañas de Marruecos. Durante su infancia aprendió a obedecer, a respetar y a someterse a sus padres, hermanos, tíos… A los 6 años de edad fue a la escuela primaria y le encantaban esos momentos. Pero después de tres años, no pudo continuar porque tenía que ayudar a su madre a cuidar de sus hermanos menores y a colaborar en las tareas agrícolas y domésticas. Todo seguía su curso hasta que sus padres decidieron emigrar a la ciudad. En su nuevo barrio, ella llamaba la atención de los chicos. ¿Qué sabía ella del amor? Lo que había visto en la televisión, en los romances de alguna serie turca o egipcia… ¿Y del sexo? ¿Sabía cómo una mujer se queda embarazada? Lo único que le habían dicho era que ella tenía que mantener su virginidad hasta su boda, que iba en ello su «honor» y el de su familia.

Lo que pasó esa noche entre Noor y ese chico… ¿fue consentido? ¿Hubo violencia? ¿Abuso de poder? ¿Ingenuidad? Noor no habla… está demasiado avergonzada. Y un par de semanas más tarde, cuando se da cuenta de que está embarazada, su vida se desmorona. Ella suplica al chico que le pida matrimonio para salvar su honor, pero él no accede y niega todo lo que sucedió. El miedo y la desesperación la invaden, y decide huir antes de ser descubierta y repudiada por su pueblo. Noor está sola, perdida en esta gran ciudad desconocida.

En estos duros momentos, una mujer le da a conocer la asociación 100% Mamans, donde escuchan su historia sin juzgarla y conoce a otras mujeres en su situación. Poco a poco Noor recupera la confianza, el coraje y la esperanza.

Tras el nacimiento de su hijo comienza otra lucha… la de su identidad. Dar un nombre al recién nacido, inscribirle en el Registro Civil, obtener su certificado de nacimiento… parecen ser sencillas formalidades, pero cuando se es madre soltera en Marruecos como Noor, estas tareas se transforman en una pista llena de obstáculos: ¿Alguien sabe cómo registrar a su hijo cuando una misma no tiene documentos de identidad? ¿Cómo justificar una residencia cuando nos encontramos fuera de casa? ¿Cómo dar a entender que este niño era suyo cuando, por temor a ser arrestada, dio un nombre falso en el hospital donde dio a luz, al igual que su amiga Rahma? ¿Cómo tener un certificado médico de nacimiento, si se dio a luz en el hogar y la partera no testifica, como le ocurrió a su amiga Selma?

Afortunadamente, la asociación está ahí para guiarla, orientarla y acompañarla, como el día en que el funcionario del Registro Civil se negó por enésima vez a atender su caso porque el nombre que había elegido para el padre no estaba en la lista de nombres permitidos para los hijos de padre desconocido. Y ese fue el último día del plazo legal de un mes después del nacimiento. Después de esta fecha, habría que hacer las gestiones ante la justicia y sería aún más complejo y difícil, según le habían explicado; y es por eso que ella había hecho todo lo posible para completar el papeleo a tiempo. ¡Pero su hijo no nació de padre desconocido! Noor luchaba para explicárselo al oficial: «Sé perfectamente quién es el padre. ¡No es mi culpa si él no quiere asumir su responsabilidad!». Luego vinieron  insultos contra ella e incluso contra su bebé, y fue necesaria la intervención de miembros de la 100% Mamans para encontrar una manera de poder inscribir al niño. Al volver a casa, Noor estaba llena de ira: ¡La situación que estaba viviendo no era justa! «¿Qué estaría haciendo el padre durante ese tiempo? ¿Reconocería un día este niño? ¿Cómo voy a criarlo sola, si no estudié ni trabajé nunca fuera de casa?». Llena de confusión, Noor regresó al centro de acogida de la asociación.

Ahora Noor vive con otras madres solteras fuera del centro de acogida. Puede pagar el alquiler porque tiene un trabajo como aprendiza de cocinera en un gran hotel en Tánger, gracias a la formación que ha recibido en la asociación. Además, su hijo, que finalmente fue inscrito en el Registro Civil, va a la guardería de 100% Mamans, la única que se adapta a los horarios de su trabajo y que puede afrontar con sus medios, al no recibir ninguna manutención para su hijo ni ninguna ayuda del Estado, al ser necesario el reconocimiento de la paternidad según las leyes marroquíes. A esta situación se suma que tiene que soportar insultos y miradas acusadoras a diario. Noor había pensado que sería capaz de conseguir los papeles de su hija para que pudiera ir a la escuela y aprender, a diferencia de su amiga Fátima, cuya hija de 7 años todavía no ha sido capaz de volver a la escuela por falta de identidad; y de Zohra, que quería presentar una denuncia contra el padre pero sólo se encuentra acusado de tener relaciones sexuales fuera del matrimonio, en virtud del artículo 490 del Código Penal.

Esta historia tiene un final positivo y lleno de esperanza, como la de muchas mujeres que han sido apoyadas por la asociación, aunque la vida de estas mujeres continúa siendo una lucha diaria.Si Noor no se hubiera reunido con la asociación, ¿qué hubiera ocurrido? ¿Habría abandonado a su hijo al nacer como hacen la mayoría de mujeres desfavorecidas? ¿Habría querido abortar clandestinamente y poner en peligro su vida?

Desde 2014, y gracias a la donación de Almudena Cabestani, Alianza por la Solidaridad apoya a 100% Mamans en la promoción y defensa de los derechos de las madres solteras y de sus hijos en Tánger, para que estos niños y niñas tengan una identidad legal y puedan disfrutar de sus derechos desde su nacimiento y para que estas mujeres sean tratadas con respeto y sin discriminación en el proceso jurídico y administrativo. Cada año, la asociación apoya casi 200 madres y a sus hijos para acceder a sus derechos.

El 30 de mayo, la asociación 100% Mamans organizó el seminario Por una práctica legal que proteja los derechos de las madres solteras y de sus hijos donde dio a conocer sus prácticas de asesoramiento legal y enriqueció la experiencia y los conocimientos de los asistentes para movilizarlos y concienciarlos sobre este tema tan presente en la sociedad marroquí. El punto culminante del seminario fue sin duda el testimonio conmovedor de varias madres solteras que denunciaron el desprecio y la discriminación que experimentan en su vida.

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