Una Alianza para la protección de la infancia en Marruecos

“Los niños y niñas no pueden esperar del gobierno, discursos teóricos, sino que están para que solucionemos sus problemas”, explicaba en una conferencia en Rabat Abdelmounaim Madani, director de la Entraide Nationale (dirección de Asuntos Sociales) de Marruecos.

La protección de la infancia en Marruecos era, desde hacía años, una asignatura pendiente. Según el Informe de Desarrollo Humano de la ONU 2006, la tasa de mortalidad infantil para menores de 5 años era del 43 por mil (en España 5 por mil). La tasa de matriculación en secundaria era sólo del 35% en 2004 (en España de un 97%). La deserción escolar era enorme (sobre todo en mujeres en zona rural) y la violencia contra la infancia muy arraigada. Existía un procedimiento judicial para la protección (que pasaba por la intervención del procurador del rey) pero desde hace años se tenía claro que el procedimiento administrativo-social era mucho más efectivo, preventivo y eficiente. La situación de los menores no acompañados era preocupante, y en algunos casos afectaba a España, que tuvo que modificar su legislación para mejorar la atención de estos menores que llegaban irregularmente del país alauita y eran devueltos sin contemplaciones. El interés superior del niño y la niña debía estar por encima y la lucha social consiguió evitar las expulsiones de estos/as menores. Gracias al apoyo de la Cooperación Española (AECID) comenzamos en 2006 un proyecto para revertir esta situación en Marruecos.

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Lo que comenzó como un proyecto piloto en Tánger (la creación de una Unidad de Protección a la Infancia y la implementación de un programa de formación, trabajo en red y un sistema de alertas tempranas) se multiplicó a los 4 años en un programa más ambicioso en cinco ciudades más (Oujda, Salé, Tetuán, Beni Melall y Agadir). El impulso y trabajo red de las asociaciones locales que trabajan por la infancia ha sido un pilar fundamental para el éxito. Ya que son las que quedarán en el país y harán seguimiento de los compromisos. El papel de Alianza, al fin y al cabo es iniciar el camino y la protección, pero serán las ONG locales las que, ya empoderadas, puedan exigir a sus gobiernos.

con jovenes en FP Tetuan 2Marruecos ya tuvo un sistema de protección de la infancia fallido pero es cierto que no existía un sistema público de protección de la infancia “desamparada” como en España. Todos los actores involucrados en la protección teníamos claro que era necesario un modelo nuevo, basado en una detección temprana de los peligros, con un acceso al sistema de protección a través de un servicio de base, local. Era fundamental que este sistema fuese conocido por los habitantes e instituciones y que diese una respuesta integral (incluyendo escuelas, centros de acogida de menores, servicios sanitarios, policiales, familiares, judiciales y sociales) una vez se detectase un caso de vulnerabilidad o violencia sufrida por la infancia. También teníamos claro que la generación de alianzas en favor de la infancia era clave. Así que nos pusimos manos a la obra.

El corazón visible de este proyecto es la Unidad de Protección de la Infancia (UPE), que no deja de ser un local en el que trabajan expertos en infancia (un/a director/a y un par de trabajadores sociales) que son los articuladores de todo el proceso y que una vez llega el menor derivan a los servicios correspondientes sean sanitarios, educativos o judiciales según el caso. La creación de este dispositivo respondía a una voluntad política del gobierno marroquí, plasmada ya en el Plan de acción nacional por la infancia PANE de 2005. Lo que hizo este proyecto fue impulsar su uso y sistematizar su funcionamiento. Para que esta sea una realidad hoy en día ha hecho falta mucho trabajo y mucha generosidad por parte de las instituciones públicas y ONG marroquíes para coordinar y complementar el trabajo.

Fortalecimiento de la sociedad civil marroquí

presentacion menores marruecosEl modelo de intervención tuvo varios elementos clave. En primer lugar, el refuerzo y formación de las entidades locales que trabajan con la infancia para fortalecer su capacidad de intervención y su formación en gestión y protección de la infancia. Durante todos estos años se han realizado diversas formaciones con las asociaciones y organismos públicos: derecho de la infancia, sistemas de protección jurídica internacional y en Marruecos, equidad de género, prevención de la violencia a menores, o talleres de mejora de inscripción en el registro civil, un verdadero problema para los menores, porque sin registro no tienen derecho a la salud, educación o cualquier otro servicio social.

Las formaciones también se adaptaron localmente. Por ejemplo, en Tánger impulsamos un modelo de coordinación entre las escuelas para la mejora de la respuesta de la violencia, especialmente de las niñas.

El proyecto también ha generado muchos materiales e informes como el que analiza la Infancia migrante o el Protocolo de actuación del modelo de intervención social de protección de la infancia, en el que ha colaborado investigadores de la Universidad de Valencia.

Servicios especializados locales

El fortalecimiento de los dispositivos de las asociaciones locales ha sido fundamental para el proyecto y para los y las menores. Los datos de impacto son claros. Como la intervención del dispositivo de atención de niños de la calle de ANIR en Agadir (400 menores atendidos) y la puesta en marcha de un albergue temporal (centro puente) para niños con capacidad para 70 personas. O el apoyo de la infancia migrante que hace la ONG Kirikou a través de guarderías en Rabat (50 menores, 18 madres) o el fortalecimiento de la Asociación 100% Mamans, que ha apoyado jurídicamente a 241 madres solteras y a sus hijos/as. El dispositivo de mediación para evitar el abandono escolar en los centros educativos ha evitado que 350 niños dejen el colegio en Tetuán y 153 en Tánger.

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El proyecto ya está en marcha y las Unidades de Protección de Infancia abiertas o a punto de hacerlo. El reto ahora es institucionalizar el sistema de Unidades de Protección a la infancia y conseguir que el actual apoyo del Ministerio de Desarrollo Social y la Entraide Nacional continúe.

Alianza continuará trabajando por la infancia migrante en Marruecos, gracias al apoyo de la Generalitat de Valencia y el legado de Almudena Cavestany, pero el proceso de implementación de un sistema de protección a la infancia en Marruecos ha llegado a su fin. Es ahora el turno de la sociedad civil marroquí, ya empoderada, para seguir presionando políticamente para que este sistema funcione. Apostar por la infancia es apostar por el futuro de un país, y desde Alianza estamos orgullosas de haber formado parte de esta iniciativa.

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