Camila-Torres_agente-comunitaria. Acción humanitaria Colombia

Acción humanitaria en Colombia: cómo enfrentarse a múltiples riesgos

Cómo enfrentarse a estos múltiples riesgos es el objetivo del proyecto “Nariño resiliente”. El departamento de Nariño es una zona en Colombia donde se enfrentan diariamente a múltiples amenazas: desastres climatológicos, la presencia de conflictos armados, los movimientos migratorios y el impacto de la pandemia de la COVID-19.

Por su situación geográfica, la población nariñense está expuesta a distintas amenazas climatológicas como la crecida de los ríos, el peligro de tsunami, erupciones volcánicas e incendios forestales. Además, el área de Nariño tiene una fuerte presencia del conflicto armado que impide el trabajo comunitario provocando desplazamientos, reclutamientos forzosos y amenazas a líderes y lideresas sociales. Al mismo tiempo, Nariño hace frontera con Ecuador y es un punto clave para los flujos migratorios. La presencia de migrantes venezolanos ha aumentado considerablemente en la frontera ya que, debido a la pandemia de la COVID-19, tuvo que cerrarse dejando a miles de personas atrapadas.

Nariño resiliente

Con el apoyo del Programa de Preparación ante Desastres de la Comisión Europea (DIPECHO) y en asociación con la Gobernación de Nariño, hemos implementado el proyecto de cooperación humanitaria “Nariño resiliente” para fortalecer al Gobierno local y a los habitantes del departamento en la preparación de la respuesta y acción temprana y cómo enfrentarse a los múltiples riesgos que pueden darse.

Gracias a las iniciativas promovidas y que se han centrado en acompañar, fortalecer y prevenir riesgos junto a la población nariñense se ha reducido la cantidad de personas afectadas por los fenómenos naturales, los conflictos armados y los flujos migratorios. Los equipos institucionales, las personas atendidas, las instituciones y las organizaciones de la sociedad civil han tenido una respuesta rápida y resiliente ante todos los desafíos que se han presentado en este tiempo.

Incluido el reto de responder ante una nueva crisis global: la pandemia de la COVID-19. Ante esta situación, el equipo del proyecto tuvo que reenfocar las acciones hacia la prevención de los riesgos relacionados con la pandemia a través de los Equipos de Respuesta Inmediata (ERI) para atender a la población más vulnerable.

Gracias al proyecto más de 4.500 personas han sido atendidas por el Estado. Asimismo el 60% de personas que recibieron formación hoy en día son capaces de identificar los riesgos existentes, los grupos vulnerables en sus comunidades y conocen los planes de contingencia y gestión de riesgos.

¿Cómo enfrentarse a múltiples riesgos?

Flujos migratorios mixtos

El cierre de las fronteras desde marzo de 2020 ha provocado la parálisis de los flujos migratorios dejando a un lado y a otro de la frontera a miles de migrantes que estaban en tránsito. El proyecto “Nariño Resiliente” ha creado una hoja de ruta de atención para estas personas y la ha difundido para que todas pudieran conocer dónde se da información sobre los distintos procesos.

También se ha fortalecido la estrategia de atención humanitaria a través de formación y de un plan de comunicación para la divulgación del Plan de Asistencia de Salud para población migrante venezolana que se ha visto parada en la frontera en plena crisis sanitaria.

 

Al ver que han contado conmigo y que me han escuchado me siento más en equilibrio. Con las capacitaciones me he dado cuenta de que soy realmente resiliente y esto me ayuda a poder seguir adelante”, explica Dayana Páez, agente comunitaria de flujos migratorios.

Eventos de origen natural

Anticiparse a las crisis provocadas por los eventos de origen natural no es algo sencillo, aunque la comunidad de Nariño conoce perfectamente cuáles son las amenazas climáticas que les rodean y cómo detectarlas. Con el proyecto “Nariño Resiliente” se ha fortalecido la red de contactos ente comunidades para apoyarse mutuamente asignando roles y tareas claras a los representantes voluntarios de cada comunidad.

Junto a ello, se ayudó a revisar, adaptar y validar los Planes de Gestión de Riesgos Municipales, Planes de Prevención, Planes de Contingencia y Planes Escolares de Riesgo de los municipios de Nariño. Esto tuvo un impacto positivo ya que estas acciones de coordinación ayudaron a la incorporación de algunas de estas estrategias al Plan de Desarrollo 2020-2024.

Se llevó a cabo la recolección de experiencias comunitarias en riesgos de prevención de desastres y se ha desarrollado un calendario como herramienta pedagógica para la prevención de desastres en Nariño.

Con las capacitaciones hemos creado una red de contactos en la comunidad y ahora estamos mejor informados de cualquier cosa en caso de que se presente un imprevisto climatológico”, comenta Camila Torres, agente comunitaria para eventos de origen natural.

Conflicto armado

Pero uno de los mayores riesgos que sufre la comunidad a diario sigue siendo la presencia de grupos armados, así como las amenazas constantes a los líderes y lideresas sociales y el reclutamiento forzoso de personas, en ocasiones menores de edad.

Para intentar fortalecer la resiliencia y adaptación de las personas que viven en medio del conflicto, se desarrolló junto a ellas una caja de herramientas para la atención y la prevención de los conflictos armados. También se llevó a cabo la recolección de experiencias comunitarias para poder aprender y crear una hoja de ruta adecuada. Todo esto se implementó junto a unas formaciones teórico-prácticas para los funcionarios con un enfoque de género, edad, discapacidad, étnico y diferencia.

Debido a las dificultades para desarrollar el trabajo comunitario con seguridad, el proyecto “Nariño Resiliente” se coordinó con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) para desarrollar una guía sobre el Manejo Agroclimático y recuperar los medios de vida de las comunidades.

“Las capacitaciones han sido muy importantes para nosotros en las comunidades, sobre todo para las mujeres, los jóvenes y los niños. Esperamos que en un futuro nos sigan acompañando porque su presencia es muy útil y necesaria”, comenta Yaneth Rodríguez, lideresa del resguardo indígena Awá.

Crisis sanitaria de la COVID-19

Y de repente llegó la pandemia y nos obligó a cambiar varias líneas del proyecto, lo que fue una oportunidad para fortalecer a las instituciones educativas y de salud en la prevención de riesgos sanitarios. A parte de las formaciones, se hizo la entrega de materiales de emergencia a instituciones públicas como la Defensa Civil y a nueve instituciones educativas del departamento.

También se activaron varios Equipos de Respuesta Inmediata (ERI) para la prevención y atención de las emergencias asociadas a la COVID-19. Esta situación obligó a crear una propuesta metodológica departamental de coordinación para la atención de emergencias sanitarias de carácter pandémico.

“Esto es importantísimo para nosotros, yo quiero tener prevención en vida antes de que me pase algo. ¡Es mejor prevenir que curar y arrepentirse!”, comenta Germán Clérides, beneficiario del proyecto “Nariño Resiliente”.

“Nariño Resiliente”, que está a punto de finalizar, se ha implementado en 22 municipios nariñenses, donde ha tenido muy buenos resultados. Se han podido articular líneas de prevención, hojas de ruta y una mayor estrategia de conocimiento de los pasos a seguir cuando se presenta una crisis. Cómo enfrentarse a múltiples riesgos no es fácil de llevar a la práctica, pero la comunidad nariñense ha salido fortalecida y ahora dispone de herramientas frente las múltiples amenazas a las que se enfrenta.

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