Emprendedoras de Colombia en busca de un nuevo horizonte
Todo empezó un 22 de noviembre de 2013 en la vereda Cerrito de El Tambo, un enclave rural situado en una espectacular zona montañosa de población mestiza, que ha sido fuertemente afectada por el conflicto armado colombiano y con una ausencia histórica de servicios básicos. A pesar de que su gente es amable y cordial, Cerrito de El Tambo también ha estado marcado por un contexto cultural altamente patriarcal, en el que las mujeres han tenido poca voz en las decisiones comunitarias, en el que muchas han sido y son víctimas de violencia de género.
Ese día, desde Alianza por la Solidaridad convocamos a todas las mujeres de la vereda, que es como se llama en Colombia a los centros de división territorial, con el objetivo de conocer de primera mano sus motivaciones, y entre ellas surgió un interés sin precedentes por participar en talleres de formación sobre los derechos de las mujeres, sobre violencia de género en situaciones de conflicto, sobre participación ciudadana y nuevos liderazgos. Reflexionaron juntas sobre los roles que les gustaría asumir en sus comunidades, más allá de aquellos impuestos por la sociedad y, al final del día, se constituyeron como un grupo de 13 mujeres dispuestas a pasar a la acción.
El siguiente paso fue legalizarse como asociación, la «Asociación de Mujeres Emprendedoras Nuevo Horizonte», lo que les motivó, entre otras cosas, a participar en nuevos talleres para la redacción de los estatutos y de un código ético. Marivel Tulande, líder y representante del grupo, cuenta dos años después su motivación: «Queríamos formarnos como grupo de mujeres porque habíamos escuchado que a con una asociación podíamos conseguir muchas cosas.»
Poco después impulsaron una granja de crianza de conejos para dar sostenibilidad a la asociación y generar ingresos. Alianza apoyamos el proceso de forma transversal, desde las diferentes áreas de trabajo. Las mujeres, junto con varios de sus compañeros, aportaron la mano de obra y algunos materiales y desde la organización entregamos los conejos y los materiales restantes para la construcción de la granja.
Los hombres de la comunidad vieron con buenos ojos este nuevo rol de las mujeres, así que la iniciativa contribuyó a aumentar las condiciones de equidad en la vereda. «Desde el inicio se estuvo pendiente del impacto de este proceso en ellos porque nunca antes se había fortalecido a un grupo de mujeres en esta zona; sin embargo, como se facilitaron espacios abiertos e incluso actividades en las que participaron hombres y mujeres, el proceso fue satisfactorio», apunta Jenny Revelo, técnica del área social de Alianza por la Solidaridad en la región del Cauca.
Mujeres referentes en la sociedad
En la actualidad, la «Asociación de Mujeres Emprendedoras Nuevo Horizonte» sigue con su actividad productiva y, en un país donde la implicación económica de las instituciones públicas no siempre está garantizada, han organizado por su cuenta un curso de panadería para mujeres con el apoyo del Servicio de Aprendizaje (SENA). Además, están haciendo gestiones con el ayuntamiento de El Tambo para mejorar el espacio donde guardan el abono orgánico que producen.
Hoy, este grupo de mujeres, lleno de vitalidad y energía, se ha convertido en un referente tanto dentro de su comunidad como en la región. Son auténticas pioneras en el fomento del asociacionismo y el trabajo colectivo: «La perseverancia y la constancia han sido la clave», asegura Jenny.
Marivel tiene muy claro que quiere seguir adelante: «Con los proyectos que tenemos yo sueño con poder arreglar mi casa y comprarme una lavadora.» A través de la cooperación suiza (COSUDE), que ha financiado el proyecto, la familia de la líder también ha recibido apoyo de Alianza para el impulso de un negocio familiar de cría de cerdos.
Sólo en el departamento del Cauca, Alianza ha apoyado 30 proyectos para la generación de ingresos y ha impartido más de 264 talleres de temáticas variadas.
Después de un largo proceso de trabajo conjunto que ha durado casi dos años, recientemente se ha celebrado la reunión de evaluación. Y el balance general es positivo. Aunque la entidad va a seguir haciendo seguimiento en la vereda, ahora es el momento de que todos juntos sigan aplicando por su cuenta lo que han aprendido, sus nuevas habilidades para seguir aumentando el bienestar en Cerrito.
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